La compañía inquieta

Estamos ante un hito indiscutible. Una aerolínea de capital canario pone un pie en la capital, en uno de los aeropuertos más importantes del Viejo Continente, y lo hace además en un momento en que el sector de la aviación se encuentra en un aparente cambio de modelo, con las compañías de bajo coste dejando de ser tan baratas para el cliente y con unas exigencias medioambientales cada vez mayores. A eso hay que añadir un tercer factor: la concentración de facto en España con la fusión, o en realidad absorción, de Air Europa e Iberia.

Con esos ingredientes sobre la mesa, lo fácil para muchos es apuntarse a conservadores, meter el dinero bajo un colchón y esperar a que pase el temporal. Binter, sin embargo, confirma que es una compañía inquieta, en el mejor sentido de la expresión. Esa forma de ser le ha permitido consolidarse como referencia en la movilidad interinsular, dar el salto al vecino continente africano (en realidad, al continente del que formamos parte) y desde hace un tiempo conecta también el archipiélago con numerosas plazas de la península y de Europa. Esos servicios son cubiertos, además, con un estándar de calidad y de atención al cliente que superan notablemente la media (hagan la comparación entre la experiencia de un vuelo a la península o a Europa en un Embraer de Binter y la realidad de otras aerolíneas).

Ojala se mantenga vivo el talento inquieto de Binter. Yojalá más compañías de capital canario puedan dar el salto a la península y en especial a Madrid. Lo digo porque eso ayudará a que se nos entienda mejor en la Villa y Corte. Porque sigue haciendo falta explicar el coste que tienen la lejanía y la insularidad, como también periódicamente nos vemos desmontando mitos sobre el Régimen Económico y Fiscal.

Ahora Binter demuestra que Canarias no es rehén del complejo de Peter Pan. El archipiélago se ha hecho mayor en términos institucionales, políticos, sociales y también empresariales. Yesa mayoría de edad permite no solo jugar en la misma liga que las grandes aerolíneas, sino también hacerlo en un aeropuerto de Champions como es Barajas.

Es, por tanto, una buena noticia. ¡Y que siga la inquietud!