Borrar

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Opciones para compartir

Sabíamos que, cuando a Alemania no le fuera bien, la enorme masa de turistas teutones caería en picado. Esto es candente actualidad, los germanos están en el filo de la recesión económica y encima gravan los billetes de avión un 20%. Blanco y en botella, el turismo alemán no se recupera. Pero las circunstancias ayudan a que aparente que todo va mejor, porque hay conflictos en destinos que son competencia de Canarias, y los visitantes ingleses suben como la espuma y, una cosa por la otra, el turismo se ha recuperado a cifras prepandémicas. Pues qué bien, no parece que importe mucho que tanta actividad impida que sigamos a la cola salarial de España, que entre todos paguemos las facturas de la promoción turística en Fitur de Madrid, y luego en Londres, Berlín y donde haga falta, para que luego unos pocos facturen ese río de oro vaya siempre al mismo sitio. Por favor, no se les ocurra mentar asuntos como pagar salarios que permitan llegar a fin de mes con dignidad, y, tranquilos, que ya tenemos programados ciento y la madre de festivales de esto y lo otro con las primeras figuras mundiales, que servirán de reclamo a más turistas para seguir haciendo rodar la rueda sin fin del hámster de la miseria.

Por supuesto, hay que gastarse otra millonada en poner el Estadio de Gran Canaria en condiciones para que pueda ser sede de uno o dos partidos del Mundial 2030, con un cartel tipo Suiza-Costa Rica, que por lo visto pondrá a Canarias en el mapa, como si no lo estuviera ya desde que pasaron y/o referenciaron hasta el cansancio Colón, Elcano Darwin, Humboldt, Agatha Christie, Jules Verne y un listado inacabable porque estas islas han sido paso obligado durante siglos. Para que nos hagamos una idea, esta es una prioridad de apoquinamiento público (de todos), nada que ver con la Sanidad, La Educación o los servicios sociales de toda índole, que ya no son servicios, sino nichos de negocio. El mundo al revés.

Nada sabemos del bloqueo de la vivienda, inalcanzable en propiedad o en alquiler, agravada por ese asunto de los pisos turísticos que ahogan el mercado y que ya son el oro del Klondike, no solo de algunos particulares, sino de fondos muy poderosos a los que nadie pone coto, porque parece ser que prohibir que extranjeros no residentes compren viviendas en Canarias es un sindiós que va contra la libertad de mercado, pero Canadá lo ha hecho y todo el mundo aplaude. Ah, que Canadá no pertenece a UE; vale, Holanda sí y lo viene haciendo hace décadas. Claro, Holanda es un país con poco territorio y mucha población y hay que proteger el derecho que la ciudadanía tiene de habitar una vivienda digna, de lo que se deduce que Canarias es un territorio inmenso en el que la demografía no es un problema. Pero no hay que preocuparse, que ya vienen los carnavales por la Punta de La Isleta, «y el que no tenga pañuelo, se ponga una pañueleta» (Sabandeños dixit).

Luego está lo de la inmigración irregular, que ya es una catástrofe. Para Madrid, es un asunto que se despacha con palabritas de buena crianza, así fue en tiempos de Rajoy y así sigue siendo en tiempos de Sánchez. Que nadie tire la primera piedra. Para Ángel Víctor Torres, fue una emergencia mientras presidió el Gobierno de Canarias. Ahora es material para formar comisiones, hacer reuniones y empiezo a pensar que Sánchez lo nombró para que nos acallara. No lo sé, porque Torres es un tipo que me cae bien, pero lo veo ya agarrando el eterno discurso de Madrid. Y lo siento mucho, es así mientras no me enseñe más cartas. Encomendarse a la UE es como tirar tomates al obelisco de la Plaza de Tomas Morales (ahora de la Constitución, para que chirríe más). La «solución» que propuso Bruselas hace un par de semana se salta todas las alarmas sobre los Derechos Humanos.

La inoperancia de la UE es vergonzante, que sigue arrodillada en el reclinatorio del Amo de Occidente, embarcada a ciegas en el conflicto de Ucrania, ciega y sorda ante el genocidio de Gaza y mirando hacia otro lado cuando sabe que los problemas de inmigración africana hacia Europa se resuelven en África, con ayuda real y cooperación, no vendiendo armas a los distintos señores de la guerra. El Reino Unido, ya con las manos libres, sigue haciendo de monaguillo del Gran Sacerdote de Washington, como lo fue con los conservadores de Thatcher y con los progresistas de Blair. Eso no cambia.

CC se ha encontrado a volver al poder en Canarias con la misma historia que dejó, pero las soluciones que proponía desde la oposición a Torres ahora ni se vislumbran, y mueven (con su socio el PP) la misma ficha de siempre, culpar al otro. Tampoco es una sorpresa, pero están desesperados, porque Madrid sigue con su eterno chotis (no se mueve, se baila en una baldosa) y Bruselas contesta con multas absurdas. Se mete en medio el acuerdo entre el PSOE y Junts que habla vagamente sobre la cesión del control de la inmigración en Cataluña. Como último recurso, Clavijo y Domínguez, presidente y vicepresidente de Canarias, se han ido a ver al Papa.

Yo habría hecho lo mismo, porque Francisco es el único dirigente europeo y mundial que ha puesto el dedo en la llaga del drama de las rutas letales de las migraciones africanas. Al menos les saca los colores a los bien apoltronados políticos que pasan la vida en el bamboleo teórico y sin dar un solo paso al frente sobre casi nada importante. Europa es especialista en aplazamientos. Francisco tiene muy buena voluntad, pero, además de que le queda mucha plancha en su propia casa, el poder papal ya no es lo que era en el siglo XVI, cuando quitaba y ponía reyes en España, Portugal, Francia y demás estados católicos. Ahora es una importante voz que, por desgracia, clama en el desierto. Pero no está mal sacar este problema con la foto del Papa, aunque estaría mejor que hiciesen algo por arreglar los asuntillos de casa de los que hablaba al principio. Si son gobierno, pueden y deben hacerlo; si no lo hacen, seguirán siendo marionetas del poder económico, por mucho que peregrinen al Vaticano a besar el anillo del Obispo de Roma.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios