Elecciones 'preventivas'

El debate temporal entre la Asamblea y la Presidencia madrileña era propio de otros tiempos:de esos en los que el legislador no pensó en la inmediatez derivada de las tecnologías digitales. Así, los partidos de la oposición sostenían que el decreto de adelanto electoral no surtía efecto hasta su publicación en el Boletín Oficial pero, claro está, ese precepto se ideó en tiempos en que los plazos se pensaban para un momento en que había que mandar a la imprenta la citada publicación. Todo eso fue historia y no está de más que la legislación y toda la normativa se adapte a los que tiempos que corren.

Pero más allá de esa disquisición formal, hay un debate de fondo que merece una reflexión sosegada. Me refiero a los adelantos electorales como una medida 'preventiva'. Porque eso es lo que hizo Díaz Ayuso:dio por disuelta a la Asamblea y adelantó dos años la cita con las urnas porque estaba convencida de que le iban a presentar una moción de censura. El Estatuto de Autonomía le permite esa disolución, como también puede hacerlo en Canarias el presidente Torres gracias a la última reforma estatutaria. ¿No hay sin e embargo un punto de exceso de presidencialismo en esa fórmula? ¿Por qué se legitima que un presidente disuelva a la representación popular porque teme perder el poder?

Conviene recordar que hay otro mecanismo democrático que casi ningún gobernante emplea y que sería perfecto para un caso como este: la cuestión de confianza. Así, si Díaz Ayuso sospechaba que había perdido el apoyo de Ciudadanos, podría haber sometido su confianza a la reválida de la Cámara.

Ahora lo que tenemos es un Parlamento disuelto y una cita electoral porque ella y los suyos sospecharon de una censura que a ciencia cierta no existió. Al menos no aparece el papel que refrende que es algo más que una sospecha.

Lo que va a la misa judicial es lo que ayer dijo el TSJM pero una repensada no vendría mal. Para perfeccionar la democracia, que diría Pablo Iglesias.