La reducción de la jornada laboral máxima a 37,5 horas semanales sin merma en los salarios a partir del próximo 1 enero dará cumplimiento ... a una de las medidas estrella del acuerdo de gobierno entre el PSOE y Sumar.
Desde que se implantó el límite legal de 40 horas en 1983, los avances tecnológicos y los cambios en el mercado de trabajo han convertido una rebaja de esa índole en recurrente objeto de debate. De hecho, la negociación colectiva ha propiciado jornadas inferiores al futuro tope en numerosas empresas y varios sectores. Generalizar el recorte al margen de las peculiaridades de cada actividad conlleva riesgos que habría sido conveniente evaluar de antemano, junto a su impacto en la productividad -un 'punto negro' de la economía española- en un contexto de alto absentismo. El Ejecutivo marca un inequívoco perfil de izquierdas con esta popular iniciativa, rechazada de plano por la patronal.
La prioridad que le ha concedido contrasta con que, pese al actual récord de ocupación, el número total de horas trabajadas ha caído un 2,1% desde la pandemia. Posiblemente sería preferible impedir abusos mediante un control más eficaz de las horas realizadas y del pago de las extras.
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