Un sueño hecho realidad
En juego estaba conseguir un hito que otorgará una proyección internacional sin precedentes
El pasado viernes llegó la llamada que desde hace semanas se esperaba en el Cabildo de Gran Canaria: la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) ... confirmó que la isla es una de las once sedes elegidas por ese organismo para el Mundial de 2030 de selecciones absolutas en categoría masculina, un evento que coorganizarán España, Portugal y Marruecos. Solo queda ahora el trámite de la Federación Internacional, que a final de año 'bendecirá' las sedes propuestas por los diferentes países.
Era una noticia esperada pero había que aguardar a que llegase. Hasta el último minuto la RFEF se ha encontrado con presiones para elevar a trece las sedes y con disputas a medio camino entre lo político y lo deportivo que han empañado parcialmente todo el proceso. No hay más que mirar a Valencia y Galicia, donde hay dos conflictos abiertos que se dirimen a varias bandas, con el Gobierno central, las autoridades autonómicas y locales y los equipos de fútbol embarcados en una discusión poco edificante.
Quizás uno de los grandes aciertos de la candidatura grancanaria ha sido precisamente su construcción a partir del consenso. El Cabildo sumó desde el minuto uno la colaboración de todos los ayuntamientos, los agentes económicos, sociales, culturales y deportivos para esa causa común que era conseguir la sede mundialista. En juego estaba, como ponían en valor ayer el presidente del Cabildo, Antonio Morales, y también el jefe del Ejecutivo canario, Fernando Clavijo, lograr un hito que otorgará una proyección internacional sin precedentes a la isla y, por extensión, al archipiélago. Estamos, a fin de cuentas, hablando del segundo gran evento deportivo a escala planetaria tras los Juegos Olímpicos y el más relevante en su modalidad.
Ahora quedan retos importantes: hay que cumplir en tiempo y forma con la anunciada remodelación del Estadio de Gran Canaria y hay que garantizar que, una vez que pase el Mundial de 2030, esa obra tenga una utilidad que vaya más allá de acoger los partidos de la Unión Deportiva Las Palmas. Todo eso está recogido en el proyecto liderado por el Cabildo y redundará así en beneficio de la isla.
Es momento, por tanto, para felicitar a quienes tanto han batallado para que este sueño colectivo se haga realidad. El éxito, fruto de un trabajo hecho con rigor, merece el aplauso.
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