¿Hasta cuándo?
La comparecencia de Sánchez este jueves en Ferraz es del todo insuficiente
En el año 63 antes de Cristo, Cicerón tomó la palabra en el Senado romano y arrancó con unas palabras que han quedado para la ... historia y que empezaban así: «¿Hasta cuándo abusarás, Catilina, de nuestra paciencia? ¿Hasta cuándo esta locura tuya seguirá riéndose de nosotros? ¿Cuándo acabará esta desenfrenada osadía tuya?». Cicerón se dirigía en esos términos a Catilina harto de sus conspiraciones, con sobornos incluidos, para hacerse con el poder.
Es una pena que en el Congreso de los Diputados no tengamos a un Cicerón del siglo XXI para que suba a la tribuna, mire a los ojos a Pedro Sánchez y, con el informe de la UCO en las manos, le pregunte: «¿Hasta cuándo?». Porque esa es la gran pregunta: ¿qué más tiene que suceder para que asuma sus responsabilidades políticas, como presidente del Gobierno y como secretario general del Partido Socialista, quien hizo en su día ministro y secretario de Organización del PSOE a José Luis Ábalos, quien se lo cargó sin dar explicaciones, quien lo repescó más delante como diputado y quien, para más inri, eligió a Santos Cerdán como número tres del PSOE y lo renovó en el puesto en el último Congreso Federal a pesar del runrún que ya había sobre presuntos manejos inconfesables.
Claro que para todo hay una explicación: si, como dice el demoledor informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, Cerdán ayudó a la victoria de Sánchez en las primarias socialistas manchando la limpieza del proceso electoral, los dos son cómplices políticos y, por tanto, se necesitan.
El dossier de la UCO es pura dinamita contra las entrañas del Gobierno y del PSOE. Lo que relata va mucho más allá de que Koldo se extralimitase en sus funciones o que Ábalos fuese buscando un sueldo público a sus parejas. Lo que se documenta es una maquinaria bien engrasada para amañar contratos públicos a cambio de pagos en metálico, con un inventario de actuaciones, cargos públicos, empresas y favores tan extenso que ya veremos hasta donde llega la lista de imputados.
La comparecencia de Sánchez este jueves en Ferraz es del todo insuficiente. Está obligado a dar explicaciones también en el Congreso y ya veremos si en los tribunales. Debió haberlo hecho hace tiempo pero ahora ya entendemos mejor su mutismo del último mes y medio: el de quien no podía ir contra los suyos o quizás no lo hacía por miedo a lo que pudieran contar. Ahora, en todo caso, es tarde: se ha quedado sin una salida digna. Cerdán al menos ya dimitió. Y Sánchez, ¿quosque tandem?
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