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Un nuevo caso de ciberdelincuencia con menores de por medio ha copado portadas de periódicos y minutos de informativos. Un conocido fotógrafo grancanario está siendo investigado por haber, presuntamente, tomado imágenes de carácter pornográfico de 43 niñas de entre 14 y 18 años de edad, unos hechos cometidos en su estudio y aprovechándose de la confianza mostrada en su trabajo tanto por las modelos como por sus padres.

Un caso que vuelve a poner en relieve lo vulnerables que pueden llegar a ser los menores ante adultos que no tienen ni conciencia ni vergüenza alguna a la hora de cometer estos actos delictivos. El modus operandi suele repetirse, adultos que se ganan la confianza de los menores que actúan de forma premeditada y perfectamente estudiada. Van ganándose su confianza a base de mostrar sus trabajos, su trayectoria y con falsas promesas de convertir a menores en modelos con futuro. En este caso concreto hay que tener en cuenta una premisa básica, la presunción de inocencia y hasta que no sea condenado, si es que resulta penado, es alguien que merece el respeto del ‘presunto’, pero también es cierto que la profesión de fotógrafo y la de modelo también merecen el debido respeto y no puede ser ensuciada por aquellos que traspasan la frontera del delito.

En nuestra tierra hay numerosos fotógrafos de enorme calidad, profesionales y que se dedican a esa bella profesión respetando para ser respetados. Algunos incluso se han ganado su reputación fuera de nuestras fronteras como también lo han hecho las decenas de chicas y chicos que se dedican a la imagen y que, no por eso prestarse para hacerse sesiones de fotos, tienen que convertirse en carnaza para los depravados. Y cerrando el círculo, existen muchas agencias y empresas que trabajan a diario de forma honesta y profesional consiguiendo trabajo a modelos profesionales y amateurs y organizando, por ejemplo, certámenes de belleza. Todos ellos merecen respeto y consideración y, por ello, es fundamental que el que delinque y se aprovecha, pague por sus actos y su caso tenga la publicidad merecida. Que la sociedad sepa quiénes son los que crean y trafican con pornografía infantil para que la lucha contra esta lacra sea más efectiva.

A las posibles víctimas, conciencia del peligro que pueden correr si no se extreman las precauciones ante aquellos que se creen listos pero que luego acaban entre rejas. Nunca hagan caso de aquellos que se venden como fotógrafos a cambio de nada. A los ciberdepredadores sexuales, ya cayó uno más de la banda, quizás ustedes sean los siguientes.

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