Demasiado lío con el cambio horario

Silvia Fernández

Mañana las agujas del reloj volverán a adelantarse -a las dos serán las tres en península a y la una serán las dos en Canarias- para dar paso al horario de verano. El cambio de mañana iba a ser de los últimos que se iban a realizar ya que la Comisión Europea había propuesto que el último movimiento de las agujas fuera en marzo u octubre de 2019 -en función de si se quería adoptar el horario de verano o de invierno- pero la falta de consenso dentro de los propios países europeos ha impedido acabar con la costumbre de mover el reloj dos veces al año y con la que se busca aprovechar el mayor número de horas de luz y reducir el consumo de energía.

El pleno de la Eurocámara decidió el miércoles, con 410 votos a favor, 192 en contra y 51 abstenciones, posponer hasta 2021 eliminar el cambio de hora. Sin embargo, no todo está dicho ya que son muchos los expertos que son contrarios a abolir un cambio de hora que busca adaptar el sol a la vida y que aseguran que tiene más ventajas que inconvenientes. La decisión, según se ve, es complicada y hay mucha disparidad de opiniones. Así se ha visto en la Comisión para el estudio de la reforma de la hora, creada hace unos meses por el Gobierno de Pedro Sánchez para decidir qué horario convenía más a España -el de verano o el de invierno- y que, tras cinco meses de trabajo, no ha llegado a ninguna resolución.

Al tiempo que hay estudios que avalan la ventaja del cambio horario y el aprovechamiento de la luz con el horario del verano también los hay que aseguran que no solo no se ahorra sino que se produce un aumento del coste energético.

A nivel de salud y de los efectos que tiene en el cuerpo humano el cambio de horario tampoco hay un criterio unificado. Algunos estudios aseguran que al haber más horas de luz se adoptan hábitos más saludables pero otros científicos defienden que el ritmo biológico no se acostumbra al cambio y que bajan los niveles de productividad y aumenta el cansancio, entre otros.

Uno de los principales defensores de acabar con el cambio de hora ha sido el presidente de la comisión, Jean Claude Juncker, que se entregó de lleno a los resultados de la encuesta realizada entre casi cinco millones de ciudadanos europeos y que arrojó el dato de que el 80% estaba a favor de abolirlo. Sin embargo, algunos de los críticos con el cambio advierten de que en esta encuesta solo participó un 1% de la población europea que, además, contó con muy poca información. Algo al estilo de lo que sucedió con la votación del brexit en el Reino Unido. Tras la decisión de la Eurocámara, los países han ganado dos años para elegir su horario, aunque no se descartan nuevas prórrogas.