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Azafata, tenemos que llevarlos a un hospital! -. ¡¿Qué es doctor?! -. ¡Es un edificio grande, lleno de enfermos, donde casi nunca hay camas!». Uno de los chistes de 'Aterriza como puedas'. Comedia para la historia que narraba las peripecias sufridas por el pasaje de un vuelo comercial entre Los Ángeles y Chicago, cuando toda la tripulación -incluidos los dos pilotos- cae gravemente enferma debido a una intoxicación alimentaria.
Los diálogos de la película -todo un fenómeno mundial de las parodias-, probablemente resultarían impensables hoy día por aquello de lo 'políticamente correcto e incorrecto'. Sucesión ininterrumpida de burla tras burla sobre monjas, niños enfermos, (sic) 'negratas', histerismo femenino, alcoholismo, psicopatologías, …y hasta sobre muñecos inflables. Como Otto, el 'piloto automático', que perdía aire -y el control del avión-, hasta que algún alma caritativa lo volvía a inflar por el pitorro situado…en sus santas partes.
«-. ¿Nervioso? -. Sí, un poco. -. ¿Es la primera vez? -. No, ya había estado nervioso antes -. No hay ninguna razón para alarmarse, y esperamos que disfruten del vuelo. Por cierto, ¿hay alguien que sepa pilotar un avión?».
No para risas desternillantes mundiales está ahora mismo el planeta. Aunque sí que, en coordenadas canarias, y para sonrojo internacional de nuestros lugareños, la noticia saltaba de medio en medio hace escasas fechas. Desde informativos locales y nacionales, hasta a la mismísima CNN en español: «Detienen a 14 trabajadores del aeropuerto Tenerife Sur por (presunto) robo de pertenencias de las maletas de los pasajeros».
Información ampliada días después por la Cadena Ser con un titular que rezaba «La red que robaba maletas en el aeropuerto del sur de Tenerife, es la mayor de la historia en todo el mundo». Siempre atendiendo a los datos aportados por la Guardia Civil respecto a que se afirmaba que «se dan a menudo sustracciones de carácter puntual, pero no con tantas personas y este nivel de organización».
Más que de risa, de indignación, las imágenes que pudimos ver en los telediarios hablaban por sí solas: desde numerosos agentes uniformados entrando a un salón de actos de Aena donde los detenidos eran 'custodiados' por dichos agentes. A las imágenes explicativas en que guardias civiles, explicaban en un vídeo, y desde dentro de la bodega de un avión, cuál era el modus operandi de la banda. Como para seguir pensando en facturar la maleta (parte I).
Hablando de aeropuertos, se estrena España en 2024, en torno al Día de Reyes, con la huelga en el servicio de handling (asistencia en tierra) de Iberia, Vueling y otras líneas aéreas atendidas por el gigante de la aviación IAG. Huelga convocada por los sindicatos UGT, CCOO y USO en los aeropuertos de Barcelona, Gran Canaria, Tenerife Sur, Málaga, Alicante, Ibiza y Bilbao. Y que, además de haber supuesto ya la cancelación de 444 vuelos en plena 'operación retorno' post-navideña, está generando un duro trastorno a los miles de pasajeros que 'tienen la ocurrencia', precisamente, de facturar sus maletas (parte II).
Porque, como anticipo, ya el pasado 22 de diciembre, 'la suerte en gracia' la recibieron los viajeros que aterrizaron en Gran Canaria, no por la diosa Fortuna en el Sorteo de Navidad. Sino porque tuvieron que esperar por sus equipajes casi una hora y media, tras haber desembarcado de sus aviones.
Incomprensible e injustificado tiempo de espera -por mucho derecho que haya para realizar reivindicaciones laborales justas-, mucho menos si, de entre los pasajeros, desgranamos las realidades de familias con bebés y niños pequeños; o las de personas ancianas que incluso facturan parte o todo de sus medicamentos. Sin olvidar, las lógicas condiciones de falta de higiene e insalubridad que se van 'amontonando' en los aseos situados en las zonas de cintas de recogida de equipajes, tal es la acumulación de pasajeros que se va produciendo.
Aunque, eso sí, peor suerte han corrido aquellos visitantes que han tenido que viajar sin maletas, viéndose 'forzados' a dejar sus pertenencias en tierra en sus aeropuertos de origen. De desaparecer objetos personales de dentro de las maletas en Tenerife Sur, a desaparecer maletas enteras por toda España. Ni Houdini.
Inadmisible y reiterada situación, la de 'rehenizar', de una u otra forma, la normal actividad de nuestros aeropuertos y usuarios, menos aún en una región archipielágica como la nuestra, a la que sólo se llega -o se sale- por avión. Y no por tren o por guagua, como alternativas al transporte aéreo, como sí ocurre en la península.
Motivo por el cual no está de más recordar que, en concordancia con la Ley estatal 8/2011, de 23 de abril, por la que a nivel del conjunto del Estado se establecen medidas para la protección de infraestructuras críticas, en el caso de Canarias, y más específicamente en el ámbito de la actividad sociosanitaria, comercial, logística y turística, deben ser considerados de facto como estratégicos, todos los aeropuertos (y también, claro está, los puertos) del archipiélago sin excepción.
Articulándose con ello, preceptos relativos no sólo a la continua modernización -vía adecuada dotación presupuestaria- de las infraestructuras y servicios de este tipo de recintos. Sino, muy especialmente, protegiéndose el normal desarrollo de las actividades logísticas y de transporte de mercancías y, aún en mayor medida, del servicio a viajeros.
Debiendo, en consecuencia, prohibirse el que cualquier conflicto laboral, de índole público o privado que pueda afectar a la normal actividad de dichos espacios estratégicos de Canarias, ni siquiera que se desarrolle en su interior o entorno de seguridad más próximo.
Evitando con ello que dichas infraestructuras estratégicas para el devenir diario, social y económico de las islas, se puedan convertir, como lamentablemente ha sucedido ya en el pasado, y ahora nuevamente en el presente, en rehenes ante cualquier potencial conflicto laboral.
A la vez que, principalmente, se evite con ello, convertir también en rehenes de dichos posibles conflictos a usuarios y prestadores de servicios, utilizados injustificadamente como muñecos inflables de pim-pam-pum, por quienes pretenden defender sus derechos laborales menospreciando, a su vez, el de los pasajeros.
Porque, en el fondo, en esta enésima huelga de 'handling', detraer intencionadamente de tiempo de vida y de descanso a los viajeros, a la vez que retenerles sus maletas, pertenencias, medicamentos y vestimenta de primera necesidad, no deja de ser otro tipo de 'robo'. El robo a la dignidad de la persona. Y el robo a la imagen de un destino. El nuestro.
Y muñecos inflables de pim-pam-pum como Otto, el piloto automático de 'Aterriza como puedas'. O como el muñeco del 31 de diciembre en la calle Ferraz de Madrid. Respecto al cual alguno que otra -sin aplaudir yo dicho esperpento de acción vulgar callejera- inmediatamente ha salido a los medios, cual monje o monja histriónica del vuelo de chiste, a protestar por el trato 'denigrante e indignante' al muñeco en cuestión.
Misma intensidad de grito histriónico y lamento profundo que no veo yo hayan expresado cuando el guillotinado, el ahorcado o el quemado ha sido, por ejemplo, el monigote figurativo del Rey Felipe VI. O, muy especialmente, cuando la singular Juntera, Miriam Nogueras, se ha pasado por el forro de sus vaqueros a la bandera española de la sala de prensa del mismísimo Congreso de los Diputados.
«-. Altitud, 24 mil pies. -. Nivel de vuelo. -. Velocidad, 500 millas. -. Rumbo 090, lejía y detergente: enjabona, lava y centrifuga».
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