La amnistía se viste de rojo-diablo-Prada
A mi modesto entender, ni falta hacía que el sustantivo en cuestión lo hubieran ectoplasmado en el referido documento programático. Por la sencilla razón de que la 'amnistía' sí que estaba –o vagaba—y sonreía sobre el escenario del Reina Sofía
Si alguien sabe de tablas –y de saber estar-, esa es, sin duda, la actriz estadounidense Meryl Streep, la más aclamada hace escasas fechas en ... Oviedo, de entre los galardonados y galardonadas con los premios Princesa de Asturias 2023.
Curiosamente, -por aquello de su reciente reconocimiento en España-, su primera interpretación artística se produce con la obra teatral 'The playboy of Seville' ('El burlador de Sevilla'), escrita en 1630 por Tirso de Molina. Primera obra que refiere el mito universal del concepto del Don Juan más seductor, finalmente castigado por fuerzas sobrenaturales por sus continuos engaños y desprecios a jóvenes enamoradizas.
Hablando de teatro y de fuerzas sobrenaturales, el actual Teatro Español de Madrid (también llamado Teatro del Príncipe hasta 1849) era un antiguo corral de comedias desde 1583, con el real beneplácito de Felipe II. Casi 450 años de historia. Y de historias. O leyendas. Leyendas de fantasmas.
Cuentan las crónicas que un día antes de la muerte de Franco, el Teatro Español sufrió el segundo incendio de toda su historia, provocando la caída de todo su tejado sobre el patio de butacas. Privando por ello a dicho espacio escénico sin los magníficos frescos que adornaban el techo del recinto. Repintando interiormente la cubierta, ya sin frescos, toda de color rojo durante su reconstrucción.
Más recientemente, en la sala Tirso de Molina del referido teatro madrileño, un técnico en telecomunicaciones experimentó una inesperada situación fantasmagórica cuando, de repente, tanto las puertas de vaivén de acceso a la sala empezaron a abrirse y cerrarse por sí solas; como su teléfono móvil empezó a sonar sin que nadie le respondiera al otro lado del aparato. ¿Cosas del burlador sevillano?
En la zona de telares del escenario, los operarios del teatro en cuestión refieren que, en ocasiones, perciben como un ente invisible se sitúa a sus espaldas, llegando incluso a sentir el peso de ese espectro no identificado.
Luces que se apagan y se encienden, inexplicables sonidos de carrusel registrados en grabadoras dejadas ad-hoc durante la noche… Fenómenos paranormales parece que asociados al hecho de que el Teatro Español se asienta sobre lo que, más de cinco siglos atrás, fue el cementerio de un convento, según recogía el programa 'Ecos de lo Remoto', de Onda Madrid.
Como fenómeno 'paranormal' también se podría catalogar el hecho de que el acuerdo programático y de gobierno entre Yolanda Díaz y Pedro Sánchez se haya materializado, (con firma iconográfica, pero curiosamente sin derecho a preguntas por parte de los medios allí presentes), en el salón de actos del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Y no –como pudiera suponerse lógico- en algún salón del Congreso de los Diputados, o, incluso, en la sede de alguno de los dos partidos a los que representan los actuales Presidente y Vicepresidenta de España 'en funciones'. Cual función teatral de título 'El tiempo de la vida', Díaz dixit. Elegantes. Con ella de rojo; él de azul; pero, sorprendentemente, con las banderas de España, tras ellos, sin planchar (repasen el vídeo, y vean los dobleces).
Que yo recuerde, en un teatro se firmó, en 2016, el acuerdo de paz entre el gobierno colombiano y las FARC, el denominado Acuerdo del Teatro de Colón. Un espacio civil, siempre de libertad, adecuado para la formalización de un pacto entre ambas partes, largamente esperado por el pueblo colombiano, en pro de la convivencia democrática.
Pero nunca, considero, un teatro o museo para proyectar la firma de un acuerdo entre dos partidos políticos, cualesquiera que sean, si el objetivo es el de tratar de alcanzar una investidura. Y, por ende, como en nuestro singular y actual patrio caso, para repetir a toda costa como fuerzas gobernantas en el próximo Gobierno de España. Aún se consiga, sí o sí, con el apoyo de los que reniegan y se mofan de nuestro país.
Esas fuerzas independentistas y/o nacionalistas que reniegan y rehúyen, incluso, del acto de Jura de la Constitución por S.A.R. la Princesa de Asturias, Leonor de Borbón y Ortiz. Y que esperarán a la conclusión de dicho momento histórico, para, con toda probabilidad, anunciar a coro las fechas de la investidura que ha de venir. En pro, lamentablemente, no de la convivencia democrática, y sí de un particular interés espúreo, con continuos 'cambio de opinión' incluidos.
Para mi mundana sorpresa, en torno al acuerdo programático presentado a bombo, platillo, beso y zarcillo por las organizaciones políticas en cuestión, todos los analistas y comunicadores de referencia –de una u otra tendencia sociopolítica, o línea editorial- han coincidido en destacar que por ningún lado aparece escrita la palabra 'amnistía'.
Coincidencia de reflexión periodística con la que no puedo estar de acuerdo. Porque, a mi modesto entender, ni falta hacía que el sustantivo en cuestión lo hubieran ectoplasmado en el referido documento programático. Por la sencilla razón de que la 'amnistía' sí que estaba –o vagaba—y sonreía sobre el escenario del Reina Sofía.
Por supuesto que no como término lingüístico escrito, sino cual espectro embajadora de ese fantasmagórico Teatro Español, tele-transportada (por avión, no por tren) desde Waterloo, tras sus recientes loas, alabanzas y carantoñas al prófugo. Y elegantemente vestida de rojo. De rojo-diablo-Prada.
Entre esa representación museística, y la posterior del actual ministro español de Asuntos Exteriores, desgañitándose en Luxemburgo durante la celebración del Consejo de Asuntos Generales de la UE, tratando impetuosamente de resolver con sus homólogos europeos, no la gravísima crisis migratoria que sufrimos en Canarias, sino el reconocimiento del catalán como lengua oficial de la UE, mejor quedarnos con lo expresado al unísono, y coherencia, por casi todos los ministros europeos del ramo.
«No creemos que ese sea el tema número uno que tengamos que discutir. Sobre la mesa hay cuestiones muy importantes como la situación geopolítica y la posición estratégica de Europa en el futuro, y creo que deberíamos dedicar nuestro tiempo a centrarnos en eso ahora».
Y, mientras tanto, el mundo sigue desangrándose. Ucrania, Gaza, Israel…Y el planeta sigue alterándose: en Yemen llueve, en un solo día, la misma cantidad de agua que en toda la década anterior junta. Y Acapulco, el famoso destino vacacional mexicano, queda prácticamente borrado del mapa en menos de un día, por una borrasca tropical que, en 24 sorpresivas horas, pasa a convertirse en huracán de categoría 5, la máxima según los parámetros actuales de clasificación de huracanes.
¿Y el turismo? Con un ojo puesto en las 'curvas' para el inminente 2024 que refiere incluso el presidente canario, Fernando Clavijo, con especial atención a las vicisitudes intrínsecas a los actuales comportamientos del mercado laboral. Pero, en cualquier caso, bien, gracias, observando detenidamente cómo, por ejemplo, en torno a casi ya el 80% de las reservas invernales de viajes a Jordania y a Egipto han sido canceladas.
Y viendo, con perplejidad, como también desde Turquía –nuestro otro gran competidor turístico- se echa más leña al fuego. Al fuego –de color rojo, porque las armas las carga el diablo- que prende ahora mismo por todo Oriente Próximo.
Como decía Miranda Priestly (Meryl Streep) en la icónica 'El diablo se viste de Prada', «…por ahora, eso es todo».
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