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Caramelilandia

Tintero de bronce ·

Sencillamente se trata de estar al borde de las lágrimas y al borde de la risa... y en medio la presión arterial ascendiendo y descendiendo

Martes, 18 de mayo 2021, 07:42

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Alguien (pesimista por supuesto) dijo, con cierta exageración, que «media vida son problemas y la otra media está para superarlos», con lo cual fue más atrevido que asistir a una boda sin ser invitado, ya que además de no dejarnos nada de positivo para esta vida, nos pone la mente negra como el regaliz, pues asegurar tamaña barbaridad es como hacerlo de un lagarto afirmando que no le gusta tomar el sol sobre una piedra caliente. Y aunque nadie tiene asegurada la felicidad la vida nos ha traído cosas hermosas puesto que en sí misma es una aventura -como siempre ha sido desde que el sol calienta-, aunque por ello algunos equivocados piensen que haya que vivirla deprisa porque es muy breve y se desvanece como una puesta de sol.

La vida 'Caramelilandia' -como servidora la ha bautizado- no es un lugar ni un país, ni siquiera un perenne estado de ánimo, sencillamente es un modo de ver y sentir la existencia que no es rosa ni de ningún otro color pero sí apasionante como una aventura en África, aunque a veces haya que hacer juegos malabares para seguir viviendo porque es más rara que Copito de Nieve y tan incómoda como una prótesis dental recién estrenada, pero nunca un aplauso forzado porque los buenos momentos que pasamos en ella son muchos más que los malos, aunque no sea un eterno crucero por el Caribe ni siempre un lago apacible ni vivamos todos con el lujo de la tienda de un beduino, porque ya sabemos que a veces 'Caramelilandia' es como es y, de vez en cuando, nos regala alegrías y otras nos da un capón que nos deja callados como un higo chumbo (tuno) o con un susto como el gofio en polvo cuando se nos va por el gallillo viejo.

Sencillamente se trata de estar al borde de las lágrimas y al borde de la risa...y en medio la presión arterial ascendiendo y descendiendo debido a las jugadas del destino: el hilo de la vida que se enhebra entre luces y sombras. En fin..., gocemos aquí y ahora de nuestra existencia, de nuestro día a día, de este momento fugaz que es la vida, pues mañana quizá ya no tengamos la fuerza para ello. Aprovechemos esta 'Caramelilandia', como de un caramelo de limón agridulce, que siempre será menos malo que no pagarnos la nómina. Que tengan un buen día.

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