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Amor en los tiempos de Sánchez

Amor en los tiempos de Sánchez

Jueves, 16 de julio 2020, 19:28

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Cada relación es única, personal e intransferible hasta el punto de que sólo el que la vive puede entenderla. Hay amores perros, desinteresados, pragmáticos, oportunistas, babosos, bipolares, espirituales, filiales...Existen tantos tipos como adjetivos en el diccionario, porque cada uno los cataloga a su manera sin que exista anuncio de perfume capaz de meterlos en un frasco. Quizás por eso resulte casi imposible definir la situación de la relación Canarias-Estado tras la llegada de Pedro Sánchez al poder y, sobre todo, pronosticar el futuro de la pareja. ¿Habrá un acercamiento en los próximos meses, se logrará un acuerdo mínimo de convivencia o la ruptura del idilio existente hasta 29 de junio es ya definitiva?

Lo visto en las últimas semanas augura un agrio divorcio similar al que el archipiélago vivió con el Gobierno central en la última etapa de Paulino Rivero al frente de la Comunidad Autónoma. Fueron tiempos del cólera para Canarias en los que Madrid negó a los nacionalistas -entonces aliados con el PSOE- los mínimos auxilios médicos. Recorte tras recorte, el Ejecutivo autónomo afrontó esa etapa como los 300 espartanos frente al ejército persa y fruto de ese amor no correspondido la sequía lo invadió todo.

Ahora, tras años fructíferos en que el PP y el voto 176 convirtieron a las islas en la mejor amante, el malquerer amenaza de nuevo a los convenios, a la financiación y a todo aquello que huela a mandar un beso volado al enemigo. «Cero arrumacos a los canarios», es la orden directa que Sánchez parece haber dado a su equipo por mucho que los socialistas insistan en defender que sigue existiendo un pozo de cariño. Esa dinámica está contrastada con el menosprecio mostrado por los ministros que han visitado el archipiélago en los últimos tres meses y refutada por el gesto despechado con que el presidente español ignoró a Fernando Clavijo en Lanzarote.

Admitámoslo: el amor no está en el aire. A partir de ahí queda por ver si el encuentro entre Sánchez y Clavijo servirá para reconducir la relación, siempre dando por hecho que existe verdadero interés por las dos partes en conseguirlo a poco más de nueve meses para las elecciones autonómicas. De entrada, es de esperar que el marco político cambie poco si el Gobierno regional no rebaja los decibelios de crítica con que ha inundado el escenario público. Del griterío no suele surgir el afecto, aunque algunos piensen más en una luna de miel de votos que en el idilio verdadero. No descubro nada: el corazón tiene razones que la razón es incapaz de entender.

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