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Con alma

Del director ·

Digitalizar no significa acabar con el modelo productivo de Canarias

Jueves, 2 de junio 2022

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Antonio Morales, Juan Flores y Germán Suárez compartieron ayer reflexiones durante casi hora y media en el salón de actos de CANARIAS7 en un foro organizado por Telefónica y que fue ofrecido en 'streaming' por aquello de ser coherentes con el contenido del mismo: la digitalización.

Es verdad que el encuentro estaba centrado en el papel de las administraciones, su manera de encarar el reto digital y las aportaciones de ciudadanos y empresas, pero al final se convirtió en una reflexión entre lo práctico y lo filosófico sobre una cuestión que no solo marca el futuro, sino que define el presente. Como señalaron todos, se trata de un tren que está pasando y al que se suben muchos, de manera que sí hay opción de quedarse en la vía esperando, pero eso solo invita a acabar aislados.

Digitalizar no significa acabar con el modelo productivo de Canarias. Nadie aboga por matar la gallina de los huevos de oro, que sigue siendo el turismo. «Es lo que nos da de comer», sentenció Germán Suárez, y así deberá seguir siendo. Otra cosa es que hay que aprovechar las posibilidades de la tecnología para rentabilizar todavía más ese negocio y para garantizar que los ingresos en el destino son mayores. Es lo que hacen ya los empresarios alojativos que se posicionan bien en el mundo digital y que entran en contacto directo con sus clientes, evitando así esa intermediación de un turoperador que se queda con parte del negocio. Un cliente que con un teléfono inteligente, una tableta o un ordenador a mano es capaz no solo de organizar su estancia vacacional y el viaje, sino también de indagar sobre el sitio donde puede que se aloje, su catálogo de servicios y las opiniones de otros que estuvieron antes. ¿Se puede luchar contra eso? Si queremos ser quijotes contra molinos, pues sí, pero ya sabemos cómo acabó el ingenioso hidalgo creado por Cervantes.

Antonio Morales no desaprovechó la oportunidad para incidir en los riesgos de la digitalización cuando se convierte en terreno abonado para la manipulación. Incluso para distorsionar procesos electorales. Es una amenaza absolutamente real y no hay que interpretarla como agresión en clave extranjera contra este o aquel candidato que pueda disgustar a esta o aquella potencia extranjera, sino como el resultado de la propia lucha interna en cada país. Trump, a fin de cuentas, cosechó votos sembrando las redes de mentiras y eso sucede todos los días.

Digitalicémonos, por tanto, como se dijo ayer, pero con alma.

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