El algoritmo de Coalición Canaria

No sé si han probado a introducir Coalición Canaria en el buscador de 'Google' y dejar que la función de autocompletar les ofrezca las primeras coordenadas de su rastreo. Yo lo hice justo antes de sentarme a escribir este texto y las dos primeras entradas eran bastante concluyentes: corrupción e ideología. La tercera era Ana Oramas, lógico, teniendo en cuenta que a esta España de hoy en día le va más el drama que en los buenos tiempos de la zarzuela.

Corrupción en primer término. Tiene todo el sentido la búsqueda. El Congreso nacionalista del pasado fin de semana se despachó por la vía rápida, con la elección de Fernando Clavijo como líder absoluto del partido. El senador y antiguo presidente del Gobierno de Canarias lleva años vinculado a distintos procesos judiciales, citando en el plano corto su condición de investigado en el Caso Reparos.

Pero más allá de eso, en esa sospecha que no vamos a entrar a juzgar, el término probablemente venga asociado a casi tres décadas de una forma de ejercer gobierno. De un liderazgo sostenido sobre la compleja aritmética electoral de la islas y a la construcción de una espesa red orgánica en la administración que nada ha tenido que ver con los méritos y sí mucho con los favores.

Después nos encontramos con la segunda búsqueda, la ideología. También es normal que la gente se pregunte cuál es la verdadera identidad de CC más allá de la pasión por el poder. Un partido construido con cargos públicos del franquismo en Tenerife y antiguos idealistas del comunismo en Gran Canaria; sazonados con las señas insularistas de las demás islas. La conclusión del congreso usa términos como progresismo, autogobierno y Nación, así, enfatizando en la mayúscula.

Y ya uno no sabe que creer al respecto de la corteza ideológica del partido. Bueno, sí, no me creo nada.