En el alambre
Del director ·
En lo ocurrido en Melilla quizás le faltó ser permeable a una investigaciónSe supone que el ministro Fernando Grande-Marlaska está en el alambre político por la gestión de la crisis migratoria en Melilla. Pero no es menos cierto que el titular de Interior vive en ese alambre casi desde el principio de su gestión, ya fuera por una cosa o por otra.
Si nos centramos en lo de Melilla, tiene su miga que ahora pidan su cabeza los partidos conservadores y también los que están a la izquierda del PSOE, en una pinza donde se juntan el hambre con las ganas de comer. A todos ha contestado Marlaska con una cerrada defensa de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado que no satisface a los mismos que hace poco le echaban en cara sacrificar a policías y guardias civiles ante las presiones de los independentistas, pero así se escribe la historia. Añadamos también en la coctelera que Marlaska se ha caracterizado por ser un ministro cuyas formas no ayudan a tender puentes, instalándose siempre en un papel de ofendido que no ha puesto fáciles las cosas a los propios aliados de Pedro Sánchez.
En lo ocurrido en Melilla quizás le faltó ser permeable a una investigación, en lugar de precipitarse negando la mayor. No pasaba nada por facilitar hace meses que se revisara la actuación policial pues si después se concluía que todo había sido correcto, se habría cerrado el expediente sin problema alguno. Interior optó, sin embargo, por el oscurantismo y de ese error viene ahora la marejada en la que se ve inmerso el ministro.
Veremos en qué acaba el asunto pero es evidente que este Gobierno central no acierta en materia migratoria ni cuando se equivoca. Lo vivimos aquí hace dos años, con aquella crítica situación en Arguineguín que también colocó a Marlaska en el alambre, pero salió adelante. Y otro tanto cabe decir de la oposición que ahora lo asaetea, pues tampoco estuvo entonces a la altura de lo que precisaba Canarias. ¿O es que se nos ha olvidado que los partidos del extremo conservador que ahora parecen tan solidarios con los migrantes de Melilla son los mismos que, cuando se amontonaban en el muelle moganero, se negaban a que fueran enviados a la península?
Ya puestos a recordarlo todo, que no se nos olvide que hubo un tiempo no tan lejano en que Fernando Grande-Marlaska fue el favorito del Partido Popular, que llegó a tentarlo incluso para su fichaje. El mismo partido al que tanto le gusta la titular de Defensa, Margarita Robles, y a la que ahora no le pregunta qué piensa de la reforma del delito de sedición.