Adelanto
Son tres detalles, de esos que pasan desapercibidos porque los carnavales distraen mucho. Cosas en las que no se detiene nadie porque las fiestas son así, sin reparar en gastos.
Este fin de semana Mariano Rajoy se ha echado al monte, dispuesto a recorrer los pueblos de España para hacerle comprender al votante medio los esfuerzos de un gobierno que no encuentra consuelo en esta oposición castigadora, que sólo piensa en su propio beneficio y desprecia el bien común de la patria indivisa. Que nadie diga que se puede adelantar por la derecha.
Mientras tanto Pedro Sánchez y las familias del PSOE han reunido fuerzas en Aranjuez para fijar el nuevo modelo de la tropa socialista, un partido donde ahora va a mandar el militante de base como nunca antes había podido imaginar. Que nadie diga que se puede adelantar por la izquierda.
Luego está esa obsesión por los dineros del Estado que aumenta la saliva de los nacionalistas. Vascos, catalanes, canarios y los que se pongan por delante; en este país de paradojas hay un nacionalismo local bien acomodado a las cuentas del Estado. Si este surtidor financiero se bloquea, ya ven lo que pasa; el mundo se oscurece, plagas con siete males se aproximan, sucumben las promesas de futuro. El REF canario podrá esperar, o la reforma electoral será mejor cuanto más lenta.
Puede ser que el PP en sus urgencias haya medido las raciones, poniendo a dieta a esos que sólo ven el poder como una tarta territorial. Se puede gobernar sin hacer las cuentas, dice el presidente para ganar tiempo. Lo que no se puede es gastar sin tino, y muchos gobernantes quieren ahora que se les perdonen las deudas, padrenuestro que estás en los presupuestos. Deudas tengas aunque las pagues. Este aroma carnavalero a izquierda y derecha, si no es humo es indicio de adelanto electoral.
