El sillón de toda la vida

Han tardado dos largos años en encontrar el camino pero la cabra tira para el monte y ese instinto no hay oferta socialista que lo aniquile. A la historia me remito: el pacto entre nacionalistas y populares es el que más años ha gobernado en esta Comunidad Autónoma. Esa querencia natural entre CC y el PP ha estado siempre respaldada por la matemática parlamentaria y sólo fue rota en los cuatros años en que Paulino Rivero se aisló en el fortín del no es no con José Miguel Pérez como fiel escudero.

Hasta entonces, de una manera u otra, Coalición y los conservadores han conformado un tándem perfecto con el que dejar a los socialistas en la oposición aunque fueran la fuerza más votada o el primer grupo en el Parlamento regional. Lo hicieron Rivero y Soria para enterrar la seria amenaza de Juan Fernando López Aguilar, y lo harán ahora Clavijo y Antona para echarse a suerte quién será la fuerza más votada en las elecciones autonómicas de 2019.

Son muchas las coincidencias entre ambos escenarios políticos. En las elecciones de 2007, CC y PP fueron segundo y tercer partido en el Archipiélago con lo que sentarse codo con codo en el sofá de toda la vida implicaba dejar de pie a los socialistas para disputarse el control del mando en los comicios de 2013. De ese pulso salió fortalecido José Manuel Soria que ganó las siguientes elecciones y precisamente por eso acabó con las posaderas del PP en la oposición.

También ahora la entrada del PP en el Ejecutivo conlleva que gobiernen esta región la segunda y tercera fuerza del Parlamento, mientras el PSOE se quedara de observador. El objetivo vuelve a ser el mismo: nacionalistas y populares tiran una moneda al aire para jugarse los cuartos dentro de dos años en las elecciones. Pero, como siempre, lo hacen juntos. Si sale cara, gana Clavijo, con la cruz, lo hará Antona. Hagan apuestas.