David García
«Para los buenos aficionados todavía pesa más el compromiso y la lealtad que la propaganda»
En mi imaginario de la Unión Deportiva tengo a Juan Trujillo Febles por el mejor presidente en la historia del club. Tuvo el mando de la entidad entre 1959 y 1974, años en los que se forjó una identidad futbolística legendaria y se acarició el título de Liga. Noches épicas en Europa y la construcción de un proyecto que, ya fuera de su mandato, llegó a alcanzar 19 temporadas consecutivas en Primera.
Le leí a González Morera, comunista de militancia, destacar su honestidad, siendo el dirigente nacionalcatólico y de derechas. Sin embargo, de aquella época los nombres que verdaderamente perduran son los de Tonono, Guedes, Aparicio, Germán... futbolistas que vincularon toda su carrera al amarillo.
Como David García, al que le tocó cruzar tierras en penumbras y firmar una respetable trayectoria deportiva en estos tiempos en los que los dueños de los clubes, convertidos en empresa, robaron el protagonismo y esculpieron entidades a la medida de su ego.
El capitán de la Unión Deportiva vive una temporada extraña. Ha alcanzado el mayor registro de partidos de toda la historia de la entidad. Y cuando ha estado sobre el verde, como el pasado domingo ante el Rayo Majadahonda, su rendimiento ha sido impecable. Gol redentor incluido.
Un futbolista que rompe los moldes de este fútbol actual, en el que no queda respeto ni decoro. En el que los besos al escudo significan menos que la promesa de un político en campaña electoral. No sé qué le deparará el destino el próximo 30 de junio, cuando agote su contrato.
Pero si hay alguien preparando cómo manchar su expediente, que se ahorre el esfuerzo. Para los buenos aficionados todavía pesa más el compromiso y la lealtad que la propaganda.