Borrar
Canarias y la abstención el 10N

Canarias y la abstención el 10N

Jueves, 1 de enero 1970

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La participación electoral va a bajar el 10N con respecto al 28A. La fatiga electoral es evidente. Ahora bien, cuánto descenderá y en particular cómo acontecerá este fenómeno en el archipiélago, es lo interesante a observar. Más o menos, podemos hacer una proyección a día de hoy utilizando el repertorio de sondeos que se van publicando en los diferentes medios de comunicación. Vayamos por partes. El 10N, de afluencia alta de la ciudadanía a los colegios electorales, la participación estatal estuvo en el 75,7% mientras en las islas fue del 68,3%. Estamos hablando de una diferencia de 7,4 puntos porcentuales entre Canarias y el Estado. Aquí se vota menos y es una tendencia consolidada.

La encuesta publicada ayer por eldiario.es maneja una estimación de participación de cara al 10N en el ámbito estatal del 66,9%. Si ejecutamos la misma reducción entre Canarias y el Estado que hubo el 28A de un 7,4% menos, lo que por supuesto no es riguroso pero nos alumbra sociológicamente aunque sea de manera tímida, en Canarias nos encontraríamos el 10N con una participación del 59,5%. Por lo tanto, el precio del escaño (el número de votos que se necesita para lograr el acta) se reduce considerablemente.

Se trata lógicamente de un escenario distinto que por antonomasia debería ofrecer un resultado final diferente. En las elecciones generales de 2015 la abstención estatal fue del 30,6% y en la repetición electoral de junio de 2016 la abstención creció hasta el 33,9%. Es decir, todo indica que el 10N serán menos los que ejerzan su derecho a votar.

Tradicionalmente la abstención perjudica a la izquierda. Pero tampoco sentencia nada. Las llamadas a la movilización se van a suceder, especialmente por el PSOE que ya siente que se ha metido en un atolladero que le era innecesario y puede salirle muy caro, pero la campaña electoral tras la reforma legal encima dura solo una semana y no los quince días de siempre. Difícilmente en Canarias el 10N alcanzaremos una participación del 60%. Si ocurre sería porque en los próximos días Cataluña recobra interés informativo o hay otras circunstancias que actualmente no prevemos. Pero en el archipiélago cosechar un 60% de los que van a votar sería para tirar cohetes la misma noche del recuento. De hecho, podemos remitirnos al precedente de la repetición electoral de junio de 2016 que deparó en el archipiélago una participación del 64,4% cuando en el Estado fue del 69,8%, 5,4 puntos porcentuales menos en el comportamiento electoral isleño. Ahora será mayor porque la crisis institucional y la desafección política en la sociedad se tornan más palpables. El hartazgo en la calle campa a sus anchas. Y es humano. Eso sí, las repercusiones que tendrán estos comicios no los quita nadie vayamos o no a votar. A la jornada siguiente, con las cartas de la baraja nuevamente repartidas, a los partidos políticos les tocará negociar al alza o a la baja. Habrá ganadores y perdedores. Eso nunca cambia. Iremos a otra dimensión.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios