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Los errores de Torres en el ‘asunto Negrín’

Jueves, 1 de enero 1970

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El secretario general del Partido Socialista Canario (PSC-PSOE), Ángel Víctor Torres, se equivoca de lado a lado en el enfoque que está dando a la crisis de la Televisión Canaria. Hay un problema jurídico, de legalidad en la actuación de Santiago Negrín, como muy bien le han advertido los que saben del asunto en el PSOE, pero también tiene un grave problema político el secretario general.

Torres debe tener presente que Negrín es la persona a la que el Parlamento, con el voto de su partido, le encomendó velar por los intereses públicos, hacer una televisión plural y cumplir la legalidad como presidente del Consejo Rector. Tres años después y de múltiples vicisitudes, el «hombre para la tele», elegido por Coalición Canaria y ratificado por el PSOE, ha renegado de sus funciones, ha llevado a la televisión a una crisis permanente, se ha enfrentado gravemente a los miembros del Consejo Rector, se ha confrontado abiertamente con el Parlamento, ha hecho de la pantalla su coto privado para los intereses del Gobierno (CC) y se ha constituido, en claro fraude de ley, en la única autoridad en la Televisión, suplantando el mandato parlamentario y a sus compañeros en ese órgano de gobierno.

Políticamente, Santiago Negrín no ha cumplido con la misión que le encargó el Parlamento. Es el rostro de un fracaso, la parcialidad y la arbitrariedad. Ha orillado, permanentemente, el debate en el Consejo Rector, y a quién, en ese órgano, representa a los socialistas, María Lorenzo, a la que le ha negado el pan y la sal. El partido de Ángel Víctor, antes de su llegada, entendía así la cuestión Negrín y de hecho, la ahora portavoz del grupo parlamentario, Dolores Corujo, se enfrentó abiertamente al presidente de la RTVC en el Parlamento, pidió su dimisión y se levantó de la sesión de la Comisión de Control ante los insultos a sus señorías. ¿Desautorizará Torres a su portavoz y a la mayoría de su grupo parlamentario que la respaldó hace solo dos meses? ¿Pasará su grupo parlamentario, incluidos los que le han apoyado, por el trance de desdecirse de todo lo que han dicho de Negrín? ¿Se tragará Dolores Corujo y sus compañeros la humillación a la que les somete el secretario general?

A Ángel Víctor Torres le sobran los argumentos jurídicos y políticos para pedir el cese de Negrín junto al resto de la oposición que, pacientemente, ha esperado a que resuelva sus dudas. A estas alturas la mayoría de los partidos piensan que Torres está movido por otros intereses para alargar en el tiempo la situación. Lo piensa la oposición y lo piensa gran parte de su partido que se ha sentido humillado por el presidente del Consejo Rector, en la persona de su representante, María Lorenzo, en el Parlamento junto al resto de partidos y en la pantalla de la tele, donde su partido ha salido muy poco beneficiado en sus crisis. Torres debe pensar que antes de ser vicepresidente con Fernando Clavijo en la próxima legislatura, que es la pobre posición en la que parece se quiere colocar, tiene que oficializar su candidatura a la presidencia ante los militantes, ser votado y ganar. ¿Le dará su confianza otra vez la militancia para ese lastimero papel de segundón en un Gobierno y para seguir bendiciendo la política neoliberal de Clavijo?

Si se trata de informes jurídicos, Torres está siendo más que asesorado por su gente en el partido. Lo que pasa es que no quiere escuchar porque es preso de los intereses de otros. En ambos casos, los expertos jurídicos de su organización lo han asesorado y le han dicho, una y otra vez, que se han cometido irregularidades graves, y que ese concurso para los informativos es carne de cañón en los tribunales. Lo hizo Manuel Fajardo, del que graciosamente ha prescindido por «sospechoso», y se lo ha dicho también Julio Pérez, nada sospechoso de votarle en contra en unas primarias para la candidatura a la presidencia.

Torres, además, se escuda en la petición de informes que, hasta ahora, el propio Gobierno de Canarias ha dicho reiteradamente que no hará. El Gobierno de Clavijo no ha querido pronunciarse jurídicamente sobre la convocatoria del concurso de informativos y así lo ha expresado ante los medios de comunicación, en el Parlamento y por escrito a petición del PP.

Curiosamente ayer, dos meses después, no antes para avalar su papel al convocar el concurso y la legalidad que le debe asistir en sus actos, es el propio presidente del Consejo Rector, Santiago Negrín, el que pide ese informe al Gobierno, sospechosamente el mismo que solicita con tanto ardor Ángel Víctor Torres. Negrín lo hace horas después de enterarse que el PP, Nueva Canarias y Podemos han presentado en el registro del Parlamento la petición de un pleno extraordinario para su cese. Hay casualidades que solo inducen a la sospecha, y ésta suena a componenda entre Ángel Víctor Torres y los representantes de Negrín. El informe que Torres quiere ahora es posible que llegue, aunque en ello el Gobierno deje en el camino otro jirón de su prestigio, ya bastante mermado.

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