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Llegada el pasado viernes de los cuerpos de los periodistas asesinados a Madrid. Afp
Tres horas bajo las balas

Tres horas bajo las balas

Tras una larga batalla entre una patrulla «mixta» de Burkina Faso, Unión Europea y ONG, contra terroristas yihadistas, dos periodistas españoles fueron ejecutados

Domingo, 2 de mayo 2021, 00:29

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Los disparos partieron por la mitad al «convoy mixto» de dos camionetas 'pick up', de las que llevan la parte trasera descubierta, y una docena de motos. Atrás quedó el segundo vehículo, en el que viajaban los dos periodistas españoles, David Beriain y Roberto Fraile, junto a dos cooperantes de Chengeta Wildlife Foundation, Rory Young y Greg, cuyo apellido no ha trascendido. Frente a ellos, el fuego de las ametralladoras PKM, que descargan unas 650 balas por minuto. Eran las nueve de la noche. La «patrulla conjunta contra la caza furtiva» –como se llama a estas milicias entrenadas por una ONG con sede en Bélgica, Reino Unido y EE UU con la financiación de la Unión Europea– se había internado en el bosque del este de Burkina Faso. Los «occidentales», como mientan en África a los europeos (además de los dos españoles, las nacionalidades eran irlandesa y suiza) corrieron hacia los bosques a refugiarse. Al menos los españoles van desarmados, y solo pueden cubrirse ante el ataque. «David era totalmente antiarmas», describe Jorge Benezra, uno de sus productores en zonas de conflicto.

«Nos topamos con un campamento terrorista», le aseguró un soldado superviviente a la reportera francesa Sophie Douce, que logró entrevistarle cuando se recuperaba de sus heridas. Bandera negra, lema en árabe y motos, describe este guardia, que había sido entrenado por la ONG durante seis meses para seguir las huellas de los elefantes y enfrentarse a los grupos irregulares que se esconden en la región africana del Sahel. Atrapada, la unidad contraatacó pero fue rodeada por los motoristas, que superaban en número a los 30 efectivos del contingente en el que estaban empotrados Beriain y Fraile. «Los periodistas españoles en todo momento tuvieron la máxima prudencia en su actuación, más allá de la asunción de los riesgos inherentes a su profesión», mantiene una fuente del Ministerio de Defensa. «Prueba de ello es que acompañaban a una unidad burkinesa dedicada a la lucha contra la caza furtiva».

El programa, al que estaba adscrita esta incursión, comenzó a operar el año pasado, con una asociación entre el ejército de Burkina Faso, la Unión Europea y varias ONG que se dedican a entrenar por medio de una «doctrina integral» contra la caza furtiva, más allá de los «métodos convencionales» inútiles ante los «combatientes habilidosos» que «no realizan campañas militares», según la web, desactualizada, de Chengeta Wildlife.

Asesinato sin robo

La batalla duró «tres horas», según este testigo, la única voz que ha surgido entre las especulaciones y las escuetas versiones oficiales. «Las fuerzas burkinesas estaban preparadas y trataron de repeler la agresión», confirma la fuente de Defensa. «En un primer momento lo consiguieron, pero después se vieron superadas por la potencia de fuego de los atacantes». El Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM) se atribuyó el atentado, lo que «no es suficiente» explicación, dijo la ministra Margarita Robles.

Mientras proseguía el enfrentamiento, Beriain y Fraile se internaron en el bosque y no pudieron unirse a la posterior retirada de la patrulla, que también tenía las soviéticas PKM incrustradas en la trasera de la 'pick up', cuando la estrategia de los terroristas, de aislar ambos vehículos, funcionó. Se apropiaron de uno, el segundo, del que se habían bajado los europeos, y en el que iban unos pocos escoltas. De ellos, uno murió también.

Cuando empezó el ataque, la patrulla burkinesa alertó a su base que era imposible repeler el ataque por sus propios medios, dice el testigo según lo publicado en 'Ouest-France'. «Nos prometieron tanques que nunca llegaron», denuncia el soldado, que pidió a Douce que mantuviera el anonimato por temor a represalias. «Los atacantes no fueron traficantes ni cazadores furtivos», alerta la fuente de Defensa. «La capacidad de fuego y los medios utilizados en el ataque llevan a concluir, en una primera evaluación, que formaban parte de uno de los grupos yihadistas que actúan en la región».

Se desconoce cuánto tiempo pudieron permanecer desapercibidos Berain, Fraile y Young, que además de director de la Chengeta Wildlife se presenta en los vídeos de redes sociales, acampando con los hombres que entrena, bien apertrechados tras los excrementos de los grandes mamíferos. Según el comunicado de la ONG, Young «lideraba una patrulla de protección de la vida silvestre en el Parque Nacional Arly» en ese momento. Los tres fueron ejecutados a quemarropa en el pecho. Greg sí logró sobrevivir.

Un dato que llama la atención a los expertos es que los asesinos no les robaron. Dejaron junto a sus cuerpos –según testimonio gráfico– un dron, al menos ocho móviles y un teléfono satelital. Los «detalles adicionales» que exige el Gobierno español al de Burkina Faso quizás se conozcan algún día.

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