Borrar
Sánchez, junto al Rey Mohamed VI. Archivo
Sánchez vira en el Sáhara a cambio de la «integridad» de Ceuta y Melilla

Sánchez vira en el Sáhara a cambio de la «integridad» de Ceuta y Melilla

El presidente, que viaja hoy a las ciudades autónomas, envió la carta a Mohamed VI el 14 de marzo, cuatro días antes de que se desvelara

María Santiago

Madrid

Miércoles, 23 de marzo 2022, 08:50

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Una carta de apenas seis párrafos, poco más de un folio, fechada el 14 de marzo, que empieza con un «Tengo el honor de dirigirme a Vuestra Majestad para transmitiros algunas ideas importantes para la nueva relación entre los Reinos de Marruecos y España» y cuyo mayor compromiso es la asunción por el Gobierno de Madrid de la propuesta marroquí de autonomía de 2007 para el Sáhara como «la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo». Esta es la misiva que con la firma del presidente Pedro Sánchez certifica el viraje histórico en la posición española ante el conflicto entre el Estado alauí y los saharauis, adelantada por Marruecos el pasado viernes y desvelada hoy en su literalidad, después de cinco días de negativas de la Moncloa a hacerla pública y coincidiendo con el viaje exprés del líder socialista a los territorios ceutí y melillense.

Es el tercer párrafo de la carta, difundida hoy por 'El País', el que concreta el giro en la estrategia exterior española, lo más explícito de todo el documento teñido por el lenguaje diplomático. Sánchez reconoce «la importancia» de la cuestión del Sáhara Occidental y los «esfuerzos serios y creíbles de Marruecos, en el marco de Naciones Unidas, para encontrar una solución mutuamente aceptable». Es el preámbulo para la aceptación por parte del Gobierno de la propuesta de autonomía del Reino alauí para los saharauis como la viable para zanjar el contencioso que se prolonga medio siglo. Desde que Mohamed VI dio luz al cambio en la posición española, el Gobierno, en línea con lo manifestado por Sánchez en su misiva, ha negado que el volantazo sea tal y se ha escudado en el marco de pronunciamientos de la ONU sobre el conflicto.

Pero que el giro existe lo evidencia la insistencia del propio presidente en que se abre «una nueva relación» -la menciona hasta en tres ocasiones en su texto- y en su desplazamiento hoy a mediodía a Ceuta y Melilla, en plena crisis por la inflación y el desabastecimiento provocado por una huelga del transporte que va a peor. Y las resoluciones de Naciones Unidas han mantenido abierta la mano a «la libre determinación del pueblo del Sáhara Occidental», alternativa con la que venía alineándose España hasta ahora.

El resto de la carta resulta más ambigua en sus términos y difusa en los compromisos adquiridos. Sánchez no cita expresamente el estatus de Ceuta y Melilla, pero sí incide en que «todas estas acciones» para «renovar y profundizar» la «privilegiada» relación entre los ejecutivos de Madrid y Rabat tienen como objetivo «garantizar la estabilidad e integridad territorial de nuestros dos países», una alusión que viene a dar carta de naturaleza a los periódicos amagos marroquíes por recuperar las hoy ciudades autónomas. El presidente desgrana esas «acciones» sujetas al nuevo marco de «estrecha concertación» con el Reino de Mohamed VI: «la cooperación» en la gestión de los flujos migratorios en el Mediterráneo y el Atlántico, restableciendo «la plena normalidad en la circulación de personas y bienes».

Sánchez dice expresar «con impaciencia» la ocasión de mantener un encuentro con el monarca alauí, preludiada por el despacho de los ministros de Exteriores de ambos países que se aguarda para antes del 2 de abril; el jefe del Ejecutivo español, con la oposición y sus socios reclamándole en bloque que dé explicaciones y con el trasfondo del enfado exhibido por otro vecino «estratégico» como Argelia, ha confirmado hoy que se referirá a la cuestión del Sáhara y a su decisión en una comparecencia el día 30, dentro de una semana. Sánchez incide en el documento remitido a palacio en su determinación de que «la transparencia, la comunicación permanente, el respeto mutuo y el respeto a los acuerdos firmados por ambas partes» guíe los lazos con Marruecos. Una voluntad expresa que llega tras la cruda polémica por la asistencia sanitaria secreta prestada por el Ejecutivo de Sánchez al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, que soliviantó hasta tal punto a Rabat como para desatar un éxodo multitudinario de migrantes magrebíes en Ceuta y la quiebra diplomática más grave desde la Transición.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios