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El rey Felipe saluda al vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias, ante la reina Letizia y la vicepresidenta, Carmen Calvo (d) EFE

Sánchez cierra filas con el Rey el 12-O para zanjar la crisis institucional

Iglesias se encuentra con Felipe VI tras poner en duda su «neutralidad» | Robles pide dejar de cuestionar «todos los días» a la Corona

Domingo, 11 de octubre 2020

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No hubo contratiempos ni tampoco tensiones. Aunque de haber habido malas caras, las mascarillas se encargaron de esconderlas. La celebración del Día de la Fiesta Nacional sirvió de escenario para el primer encuentro entre el Rey y Pablo Iglesias, después de la ofensiva parlamentaria contra la Corona iniciada por Unidas Podemos y tras las críticas del líder morado a Felipe VI el pasado 25 de septiembre. Ese día, el monarca no acudió a la entrega de diplomas a la nueva promoción de jueces en Barcelona, vetado por el Gobierno. Una ausencia que desató una tormenta en el Poder Judicial y que tensionó las relaciones con la Zarzuela.

Desde entonces, el Ejecutivo ha intentado zanjar la crisis y recuperar la armonía entre ambas instituciones. Primero con una visita conjunta de Pedro Sánchez y del Rey el pasado viernes a la ciudad condal y ayer con la presencia de todo el Gobierno, salvo la ministra de Exteriores de compromiso oficial en Luxemburgo, en los actos del 12 de octubre. El presidente llamó a filas a su gabinete para intentar dar carpetazo al asunto y centrarse en alcanzar un pacto presupuestario que garantice la supervivencia de su Gobierno de coalición y de la legislatura. «No podemos estar cuestionando todos los días nuestras instituciones», aseveró la ministra de Defensa, Margarita Robles.

La magistrada, en una entrevista en Cope, realizó una cerrada defensa de la monarquía parlamentaria y del papel de Felipe VI remarcando la posición «de respeto absoluto» del Ejecutivo ante las críticas del PP por los ataques «injustificados» de algunos miembros del Consejo de Ministros al Rey. Un alegato que compartió el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, que alertó de que las instituciones «no están para confrontar sino para cooperar». «Utilizarlas para la confrontación –advirtió el barón socialista– produce desafección».

Frío saludo con Ayuso

Conscientes de que el foco estaba puesto sobre ellos, Iglesias y los ministros de Podemos cumplieron con su papel. Saludaron al Rey, más contenidos y rígidos el vicepresidente segundo y el titular de Consumo, Alberto Garzón. Con un cabeceo respondieron al Monarca Irene Montero y Yolanda Díaz y, más efusivo, con la mano en el corazón, el ministro de Universidades, Manuel Castells. Era la primera vez que la formación morada acudía a la cita desde su desembarco en el Congreso en 2015. Hasta ahora habían declinado la invitación de Casa Real asegurando que «no hay nada que celebrar», ayer lo hicieron como miembros del Ejecutivo de coalición, dentro de la «normalidad institucional», aseguraban desde las filas moradas.

Pero el encuentro de Iglesias con el Rey no fue el único que acaparó todas las miradas en la plaza de la Armería del Palacio Real. El otro foco estaba puesto en Pedro Sánchez y la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso. Era su primer cara a cara después de que la Moncloa decidiese apretar el botón rojo y declarar un nuevo estado de alarma para confinar Madrid y otros ocho municipios. Pese al frío saludo entre ambos, no saltaron las chispas en los cerca de cinco minutos que estuvieron conversando junto a Margarita Robles y el alcalde de la capital, José Luis Martínez Almeida, mientras de fondo, un grupo de manifestantes coreaba frente al Palacio Real continuos «vivas» al Rey y gritos de «Gobierno dimisión».

El acto dejó además la imagen de Iglesias conversando con el presidente del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, que tendrá que decidir si imputa al líder de Podemos por el 'caso Dina' como ha solicitado el juez de la Audiencia Nacional, Manuel García-Castellón. Al improvisado corrillo se sumó poco después la vicepresidenta Carmen Calvo, para intentar, al menos de puertas para fuera, evidenciar una cierta distensión con el Poder Judicial tras semanas de enfrentamientos y sin haber desbloqueado aún su renovación.

Un acto reducido por la pandemia

Debido a la pandemia, el tradicional desfile por el Paseo de la Castellana se ha sustituido por un acto en la plaza de la Armería, que ha incluido izado de bandera, homenaje a los caídos, imposición de condecoraciones y desfile terrestre. En este último han participado 527 efectivos, todos de unidades desplegadas en Madrid, salvo la Legión, que tendrá especial protagonismo por cumplirse este año el centenario de su fundación.

También han estado presentes representantes de organismos civiles que han participado en primera línea en la lucha contra el coronavirus, como Protección Civil y Emergencias, el SUMA, el ERICAM (Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid), el Cuerpo de Agentes Forestales de la CAM, el SAMUR, la Policía Municipal de Madrid y el Cuerpo de Bomberos.

Cinco presidentes autonómicos ausentes

Ni el inhabilitado Quim Torra ni el vicepresidente que ejerce en funciones, Pere Aragonès, acudieron a la cita en Madrid. Tampoco el lehendakari, Iñigo Urkullu, cuya ausencia en la celebración del Día de la Fiesta Nacional es habitual. Además, faltaban la presidenta de Baleares, Francina Armengol, que dada la situación sanitaria optó por no desplazarse; el de Murcia, Fernando López Miras, por un contacto estrecho con un positivo en los últimos días; y Javier Lambán, de Aragón, que alegó motivos de salud.

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