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Podemos celebró este sábado un acto en Madrid para rearmar a sus bases bajo el lema 'Más vivas que nunca', redefinir su «nueva hoja de ruta» y reivindicar su necesaria presencia en un futuro Gobierno de coalición con la permanencia de Irene Montero al frente del Ministerio de Igualdad. La comparecencia de la cúpula del partido morado en un auditorio del Círculo de Bellas Artes a rebosar llegó en medio de las rencillas por los equilibrios de poder internos con Sumar, la coalición de la vicepresidenta en funciones Yolanda Díaz en la que Podemos demanda que se respete su «autonomía política».
Pero el acto de autoafirmación sirvió de palanca, también, para que la formación liderada por Ione Belarra marque perfil ante la eventual investidura de Pedro Sánchez y formalice unas condiciones propias, que pasan por la continuidad en el Ejecutivo de Montero, apartada por Díaz de las listas electorales para el 23-J, si el presidente en funciones logra su reelección.
Belarra, que compartió escenario con la titular de Igualdad, ensalzó a su número dos y reiteró que su presencia es «imprescindible» en el futuro Gobierno «por ser una referencia de los derechos de las mujeres y del colectivo LGTBI en todo el mundo». La exigencia no es nueva en boca de la líder de Podemos, pero sí su formalización, dentro de un paquete de reclamaciones para avalar la investidura, no solo ante Sánchez sino también ante Díaz.
Si la exclusión de Montero de las planchas de Sumar ya había situado a la ministra en funciones en una posición muy delicada tras la tormenta por la aplicación de la ley del 'solo sí es sí', la sentencia del TSJ navarro que ha rebajado la pena a uno de los condenados de La Manada apoyándose en la norma impulsada por Igualdad, precisamente, para perseguir agresiones sexuales como aquella en Sanfermines, ha terminado por arrinconarla.
Una tesitura que apunta a su salida del Gobierno de coalición si este se reedita con independencia de si Sumar retiene la cartera o la recupera el PSOE. De ahí que la insistencia de Belarra este sábado sonara a desafío con la investidura en el aire. Especialmente cuando Podemos defiende la reclamación sobre la continuidad de Montero con su programa de máximos, que incluye medidas para abaratar el coste de la vida, la derogación de la llamada 'ley mordaza', la renovación del Consejo General del Poder Judicial «secuestrado por el PP» y la aprobación un paquete de leyes con más derechos, entre ellos, la controvertida congelación de los alquileres «toda la legislatura».
Belarra y Montero, que esta vez sí apuntó directamente a los socialistas por lo ocurrido con la ley del 'solo sí es sí' –«Hubiera sido más fácil decir que el error garrafal de la ley es del Ministerio de Justicia, pero no nos ponemos de perfil», aseveró antes de reiterar que el problema no es la norma sino la interpretación de los jueces– estuvieron acompañadas por otros cargos del partido como la secretaria de Organización, Lilith Verstrynge; la delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, Victoria Rosell; la coportavoz estatal, Isa Serra; o la diputada nacional Martina Velarde. También intervino el ex-Jemad Julio Rodríguez, que ha relevado al cofundador del partido Juan Carlos Monedero al frente del Instituto República y Democracia, el 'think tank' de Podemos.
Pero uno de los invitados estrella en el acto fue Gabriel Rufián, el portavoz parlamentario de ERC, al que Belarra agradeció su sintonía con las políticas de su formación y la lucha contra las derechas. Es sabido que las relaciones de Esquerra y Yolanda Díaz salieron dañadas de la negociación de la reforma laboral a la que los republicanos se opusieron.
Tras este mitin, Podemos reunió al consejo ciudadano, su máximo órgano directivo entre asambleas, para continuar disertando sobre su nueva hoja política hasta el 4 de noviembre. Una hoja de ruta centrada en rearmar políticamente al partido con un documento de base, 'La fuerza para seguir transformado', en el que Belarra y los suyos tratan de delimitar un nuevo marco de relaciones con Sumar que supere «el injusto» reparto de papeles ante el 23-J que terminó con la marginación en las listas de Montero. La secretaria general de los morados avisó a Díaz de que lo ocurrido no puede volver a repetirse, de modo que Podemos condicionará cualquier acuerdo electoral en el futuro a que las listas se confeccionen con primarias «abiertas», «sin restricciones ni veto».
El partido morado atraviesa una situación complicada tras las elecciones del 28 de mayo, cuando sufrió un duro revés tras perder la izquierda la mayoría de los gobiernos autonómicos de los que formaban parte Belarra y los suyos y desaparecer de los parlamentos de Canarias, Madrid y Comunidad Valenciana.
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