La número dos de Rubalcaba lamenta la expulsión de Redondo y rechaza negociar con Puigdemont

La que fuera número dos de Alfredo Pérez Rubalcaba recordó lo difícil que fue, en términos orgánicos, la época en la que ambos estuvieron al frente de la formación, con continuas críticas de dirigentes no ya históricos sino en activo. «Nunca se nos ocurrió expulsar a nadie», dijo en una entrevista en Onda Cero. Valenciano matizó que no conoce con detalle el expediente contra el exsecretario general de los socialistas vascos, pero lamentó en todo caso su resolución. «Nicolás Redondo es mucho más que alguien que ahora es crítico y tiene una trayectoria que avala su lealtad a las siglas», defendió.

La lectura que distintos miembros del PSOE hacen de la fulminante decisión de la ejecutiva de Sánchez, tramitada de forma exprés, es que se ha querido lanzar un aviso a navegantes para acallar las voces que han aflorado en las últimas semanas para alertar de la gravedad de ceder ante una exigencia del expresidente de la Generalitat, prófugo de la justicia desde hace seis años, que hasta hace dos meses el propio presidente del Gobierno consideraba inaceptable.

Valenciano reivindicó la legitimidad del debate alentado por figuras como González, Alfonso Guerra, Ramón Jáuregui, Juan Alberto Belloch, Jordi Sevilla, Jesús Eguiguren, Tomás de la Quadra-Salcedo, Emiliano García-Page o Javier Lambán y rechazó que pueda interpretarse ninguno de ellos esté «haciendo el juego» al PP. Es más, se mostró convencida de que también en el núcleo duro de la actual dirección, hay «dudas» sobre la conveniencia de dar un paso tan relevante. «Más allá de lo que uno pueda pensar sobre el PSOE o la presidencia del Gobierno, lo cierto es que ahí hay gente seria que quiere sacar el país adelante», apuntó.

La hoy miembro del Consejo de Estado, con una larga trayectoria en el Parlamento Europeo, fue clara además respecto a su propia posición. «Recuerdo cuánto tuvimos que trabajar para explicar que en España no había presos políticos porque muchos colegas de otros países así lo pensaban; el esfuerzo para explicar que en España había un Estado de derecho impecable y que la gente en la cárcel lo estaba porque había cometido un delito». A su juicio, es una de las razones por la que no se puede otorgar a Puigdemont ninguna legitimidad como «interlocutor».

La exdirigente socialista argumentó además que, al margen del debate jurídico, algo «tan importante y tan irreversible» como una amnistía «solo debería hacerse con consensos muy amplios». Y puso en pie de igualdad a Vox y a Junts. «Es verdad que la situación es endemoniada y el Parlamento hace muy difíciles los acuerdos; el PP está en manos de Vox y el PSOE de la derecha independentista, porque Junts son gente que pertenece a la derecha supremacista», subrayó. «Estamos atados por los costados, esa es la dificultad -añadió-. Y yo comprendo que el Gobierno tendrá que tratar de negociar hasta el límite y el límite ha de ser, como ha dicho, la Constitución. Por eso quiero creer que la amnistía como la ha planteado Puigdemont no se hará».

La dirección del PSOE, de momento, se mantiene en la ambigüedad de no reconocer de manera explícita que está dispuesto a borrar los delitos del procés al tiempo que no lo niega y reivindica la necesidad de «perseverar» en el camino abierto con los indultos a los líderes del 'procés' condenados en 2019 por el Tribunal Supremo. «Hemos iniciado un diálogo estos 5 años que tiene que continuar y permitir que Cataluña siga aportando todo su potencial de talento y crecimiento industrial al conjunto de España», arguyó también este viernes en RNE María Jesús Montero.

La actual número dos del partido defendió además la expulsión de Redondo y negó que suponga un aldabonazo para quien ose plantear objeciones a la voluntad de Sánchez. Montero distinguió entre Redondo -que ya se enfrentó a un expediente finalmente archivado hace un año, lleva tiempo alejado de la formación y en un reciente artículo publicado en este diario bajo el título «Dignidad» daba a entender su intención de abandonarla- y otros históricos. Y distinguió entre las discrepancias puntuales y «que una persona de forma clara y permanente esté expresando una controversia y una posición contraria a la del PSOE». «En el caso del Nicolás Redondo -zanjó- no hay ninguna duda».