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Concentración para conmemorar el 5º Aniversario del referéndum de autodeterminación en Barcelona. EP
El independentismo sitúa la manifestación contra la cumbre como un «punto de inflexión» para reactivar el 'procés'

El independentismo sitúa la manifestación contra la cumbre como un «punto de inflexión» para reactivar el 'procés'

El secesionismo recupera la unidad tras el divorcio entre ERC y Junts

cristian reino

Barcelona

Miércoles, 18 de enero 2023, 13:43

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El independentismo se la juega mañana jueves con la manifestación convocada a las 9 de la mañana contra la cumbre que España y Francia celebran en Barcelona y con la que tratará de escenificar, en contra de la opinión del Gobierno, que el 'procés' no se ha acabado.

Por primera vez en mucho tiempo, el secesionismo ha aparcado sus rencillas al menos por unas horas y dará una imagen de unidad. Convocan las tres plataformas nacionalistas (ANC, Òmnium y Consejo para la República) y participarán en la concentración los dirigentes de los tres partidos con representación parlamentaria (ERC, Junts y la CUP), extremo que no se dio en la Diada del 11-S. La intención inicial de las entidades secesionistas era manifestarse junto a las cuatro columnas de Puig i Cadafalch, a escasos metros de la entrada del MNAC, donde se reunirán Sánchez y Macron, pero los organizadores ya dan por hecho que tendrán que trasladar la concentración.

Está por ver cuánto dura esta unidad, ya que hay críticas en el secesionismo al doble lenguaje de ERC, que estará en la manifestación representada por Oriol Junqueras, y también en la cumbre protagonizada por Pedro Sánchez y Emmanuel Macron, en la que Pere Aragonès actuará de anfitrión, sin poder participar en las reuniones. Aragonès ha defendido este miércoles su presencia en la cumbre. «Estoy seguro de que los que atacan las instituciones catalanas, criticarían mi ausencia», ha afirmado. «Los enemigos de Cataluña desearían que no esté», ha asegurado. El dirigente republicano ha instado al presidente del Gobierno a defender los intereses catalanes en el encuentro con Macron en temas como la interconexión energética, el corredor mediterráneo o la oficialidad del catalán en la UE.

Hay además antecedentes de que la unidad en el secesionismo es muy débil. ERC y Junts ya no son socios desde hace tres meses y las últimas protestas convocadas en Barcelona dejaron una imagen de división profunda en el independentismo. La ANC convocó la Diada contra el Govern y contra ERC que no fueron a la cita, Carme Forcadell (ERC) salió abucheada e insultada en el quinto aniversario del 1-O y en la protesta organizada por la ANC contra la reforma del Código Penal, el 6-D, con la presencia de Junts y la CUP, no acudieron ni ERC ni Òmnium.

El clima político en el independentismo asimismo está enrarecido. Junts acusa a ERC de haber pactado con el Gobierno una reforma del Código Penal con el objetivo de facilitar la extradición de Carles Puigdemont. El expresidente de la Generalitat, que este miércoles ha vuelto a insinuar que los republicanos conocían los efectos que está apuntando la fiscalía de la reforma legal, podría intervenir en la manifestación de este jueves, lo que tensará aún más las relaciones entre ERC y Junts, ya divorciados, y a las puertas de que se consume el giro de ERC y pacte con el PSC la gobernabilidad en Cataluña. El Govern sigue defendiendo el avance que a su juicio supone la reforma del Código Penal, pero las relaciones entre ERC y el Gobierno pueden quedar tocadas si al final la reforma legal no sirve de nada, Junqueras continúa inhabilitado y los dirigentes republicanos pendientes de juicio por el 1-O, entre ellos Jové y Salvadó, son condenados a penas de prisión.

El secretario general de Junts, Jordi Turull, ha asegurado este miércoles en TV3 que la protesta contra la cumbre debe servir al movimiento nacionalista como «punto de inflexión». No se espera que sea muy masiva. En la Diada, participaron 150.000 personas, en el aniversario del 1-O, 10.000 y en la del 6-D, unas 4.500. Estas son las referencias numéricas. «Es una oportunidad para demostrar nuestra fuerza», ha dicho Turull, que ha emplazado a aparcar los reproches y pasar a la acción.

La cumbre en sí no llama a la movilización al independentismo. Sí en cambio, las últimas decisiones judiciales de Llarena y la Fiscalía en relación a los dirigentes independentistas. El nacionalismo considera una «provocación» por parte del Gobierno que decida celebrar el encuentro con Macron para certificar el fin del 'procés'. Este sí es un acicate para la movilización. «Aquí no se ha acabado nada», afirma el lema de la concentración. La ANC ha llamado a llevar chalecos amarillos, como en las protestas en Francia, y hasta se ha especulado con que podría aparecer Clara Ponsatí, quien se plantea su regreso a España, después de que el nuevo auto de procesamiento de Llarena solo incluya la acusación de desobediencia.

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