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Uno de los acusados en el juicio del 'caso Gürtel' exhibió este miércoles al tribunal tres fajos con billetes de 500 euros falsos, 150.000 euros en total, para defenderse de las supuestas entregas que habría ordenado su padre a Francisco Correa, cabecilla confeso de la trama.
Gonzalo Naranjo se presentó en la sala de vistas de la Audiencia Nacional con dos sobres. En cada uno había una carpeta azul. Una con la supuesta documentación laboral que él portaba habitualmente como mensajero de la empresa familiar, según explicó, y la segunda, similar, con el dinero falso perfectamente colocado para rebatir las acusaciones de que se trataba de sobornos.
"Esa afirmación la niego categóricamente. Mi padre fue un empresario de muchísimo éxito y estaba orgulloso. Como orgullo que era, me resulta inconcebible que fuera presumiendo de que los logros que conseguía era en base a hacer cosas que no eran legales", ha señalado Naranjo.
En esta línea, ha descartado que a la edad en la que habría efectuado esos pagos -tenía 25 años- su padre le instase a realizar "cosas que no estaban bien". "Con 25 años, que un padre te está queriendo dar una educación adecuada", ha añadido. Así, y tratando de explicarse, Naranjo ha mostrado al tribunal el citado sobre dentro del cual llevaba los "documentos, contratos y pólizas" que transportaba para demostrar que era "absolutamente imposible" saber qué había en su interior. Tampoco dinero si se tratase de sobornos.
Su padre era el empresario Rafael Naranjo, fallecido en 2019, que estaba acusado de pagar comisiones para que su empresa Sufi -que ofrecía servicios de limpieza y recogida de basuras- obtuviera contratos de la administración local. En su interrogatorio, explicó en su día al juez cómo abonó un 3% -cerca de un millón de euros- de la adjudicación que le fue concedida en el Ayuntamiento de Boadilla del Monte.
Esa era una de las condiciones, según señaló, que estaban contenidas en el pliego y que era "condición para participar en el concurso". "Ponía unas prescripciones técnicas y o lo tomas o lo dejas. Estábamos obligados. No nos extrañó demasiado porque son muchos los concursos de esta naturaleza que salen en toda España", añadió.
De forma previa, Arturo González Panero, exalcalde de Boadilla del Monte entre 1999 y 2009, ha finalizado su interrogatorio como acusado. Tras dos sesiones, 'el Albondiguilla' para la trama corrupta ha reiterado que el Grupo Correa pagaba «en b» actos para la precampaña de las elecciones municipales de 2003, en los que llegó a participar la candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre. Una mención que ya incluyó en su escrito de confesión registrado antes de comenzar la vista oral sobre las actividades irregulares en el Ayuntamiento de Boadilla.
Después de responder a la Fiscalía en la sesión del martes, el juicio se ha reanudado con González Panero contestando a preguntas de su abogado, Gustavo Galán, pareja de la también acusada y arrepentida Isabel Jordán, administradora de empresas del Grupo Correa. Así, ha detallado cómo se gestaron los «actos y eventos» en los que se trató de vender «la gestión» que los populares estaban llevando a cabo en la comunidad «cuando se acercaban las elecciones». Todo ello por indicación de Francisco Correa, el líder confeso de la 'Gürtel', que les dio las directrices e instrucciones necesarias.
En este contexto, surgió «hacer un vídeo» que se encomendó a «un periódico» para que pareciera «independiente», evitando que el mismo estuviese producido por el Ayuntamiento de Boadilla o por el PP. «Surgen actos de precampaña en los que muchos son a la vez autonómica», ha detallado González Panero, que recibió 700.000 euros en negro por beneficiar a la red con obras públicas.
Así, 'el Albondiguilla' -que se enfrenta de forma inicial a 40 años de prisión por varios delitos- ha asegurado que en alguno de estos actos llegó a participar Aguirre, como por ejemplo en el que se promocionó el cierre de la M-50 por el norte. «Corríamos nosotros con estos gastos. Se hacían extraoficialmente, por 'caja B' o por comisiones», ha confirmado.
Además de esos actos preelectorales, Panero ha entrado al detalle de lo que fue la organización de la campaña electoral. «Donde se ponen banderolas, se hacen mítines y la presentación de los candidatos. Se gastaba mucho más de los límites permitidos por la ley, y había que derivarlo a través de empresas, pago de comisiones o que se facturase por parte de quien iba a pagar», ha sostenido.
Sobre el entonces presidente regional del PP, Pío García-Escudero, ha dicho este miércoles que «no sabe» si conocía este método de financiación, pero «sí estaban al tanto» tanto el gerente Beltrán Gutiérrez como el jefe de campaña.
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