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Leocadio Martín / Santa Cruz de Tenerife
Jueves, 16 de julio 2020, 09:44
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La evolución de esta pandemia puede hacernos pensar que no podemos hacer nada para conseguir que acabe. Pero esto no es cierto. Lo estamos haciendo, permaneciendo en casa, para que no se expanda. Y este es el pensamiento principal que debemos fijar en nuestra cabeza.
La ansiedad se alimenta del miedo. Y, aunque es normal que lo sintamos, también, en este caso, podemos decidir cómo afrontarlo.
Hay determinados hábitos que pueden contribuir a adaptarnos a esta nueva situación.
Estos son algunos de ellos:
Nuestra perspectiva de la vida tiene la capacidad de impactar nuestro nivel de ansiedad. Ver nuestros pensamientos cómo distintos de la realidad necesaria puede ser inmensamente útil. Están solo en nuestra cabeza. Y no tienen porque ser ciertos
Esta situación que vivimos está provocada por la acción. La que tenemos que tomar todos para conseguir que el coronavirus salga lo antes posible de nuestras vidas.
Somos parte de la solución. Vernos así contribuye a que entender un poco más la necesidad de aislamiento y, en cierta medida, adaptarnos a ella
La limitación de movimientos, la incertidumbre laboral, el miedo al contagio ... son permanentes fuentes de rabia, miedo o tristeza. Por esto es muy importante que tengamos compasión con nosotros mismos y con los momentos en los que estas emociones se apoderan de nuestro ánimo.
Entenderlas, aceptarlas, y dejarlas ir, es la mejor forma de que no se instalen en nuestra vida y la paralicen.
Quien practica la gratitud lleva una vida más feliz. Y esto es todavía más relevante en estos momentos en los que tenemos a muchas personas que agradecer lo que están haciendo por nuestra salud. ¡Además de a nosotros mismos! La gratitud aumenta el optimismo y disminuye el estrés. Algo muy necesario en la situación que estamos viviendo. En tiempos difíciles, la gratitud puede cambiar el juego.
Tomarnos un momento para estar agradecido -como salir a las ventanas a aplaudir a las 19.00-, es un buen ejemplo de un ejercicio de gratitud. Practicar el agradecimiento nos ayuda a sentirnos parte de la solución. En cierta forma nos conecta con este ejercicio común que supone el confinamiento
Otro hábito para calmar la ansiedad es asegurarnos que estamos respirando adecuadamente; cuando estamos ansiosos, es normal que lo hagamos entrecortadamente y muy rápido.
Un simple ejercicio de conteo de nuestra respiración puede ser una magnífica idea. Simplemente cuenta hasta cinco mientras coges aire, manténlo otros cinco conteos, suelta el aire también contando, y mantén de nuevo cinco antes de comenzar de nuevo. Puedes probar a hacer 10 ciclos de este ejercicio. Si te olvidas porque número vas, ¡vuelve a empezar!
Bombear oxígeno a nuestros pulmones, nos tranquiliza y es un magnífico antídoto para desactivar pensamientos negativos o recurrentes.
Podemos hacer esto en cualquier momento del día, las veces que queramos. Los beneficios son inmediatos.
Somos seres sociales. Necesitamos compartir y hablar con otras personas. Nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo, de ocio ... forman una parte importante de nuestro bienestar mental.
Las tecnologías nos dan la posibilidad de hacerlo. Haz una lista de llamadas -o videollamadas-, diaria. Puedes, también, programar videocafés o meriendas online que, además, contribuyan a mitigar la soledad que algunas personas pueden estar sintiendo.
En este caso de la información permanente, de las actualizaciones continuas ... Es muy conveniente que selecciones las fuentes, su rigor, y su tono. No compartas bulos ni informaciones que puedan contribuir a generar desasosiego o miedo. En momentos de incertidumbre cómo los que vivimos prolifera la charlatanería, los agoreros y quienes tratan de sacar rédito de la situación. No respondas a quien lo hace. Ignorar estos -y otros- tipos de intoxicación informativa, es una de las mejores formas que tenemos de contribuir a la erradicación de esta pandemia.
Estos consejos, además de mantener horarios, rutinas, ciclos de sueño, ejercicio, comidas sanas, son una parte importante de nuestra propia guía de supervivencia psicológica en tiempos de CoronaVirus.
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