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Un grupo de turistas pasea en una góndola en Venecia (Italia) Miguel Medina / AFP
El sobrepeso obliga a reducir la capacidad de las góndolas

El sobrepeso obliga a reducir la capacidad de las góndolas

El riesgo de vuelco que generan los obesos obliga a que pasen de 6 a 5 los pasajeros permitidos en las clásicas embarcaciones de Venecia

darío menor

Roma

Jueves, 23 de julio 2020, 20:26

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La obesidad también se nota en la góndola. El Ayuntamiento de Venecia ha reducido el número máximo de pasajeros de las emblemáticas embarcaciones de la Ciudad de los Canales, pasando de seis a cinco, debido al mayor riesgo de volcar y al esfuerzo añadido que suponen para el gondolero los turistas con sobrepeso. «Pasa sobre todo con los estadounidenses, muchos de los cuales llegan a los 120 o 130 kilos. Son personas poco ágiles a las que les cuesta subir abordo y que comprometen la estabilidad de la góndola. Si llevas a seis pasajeros y varios tienen sobrepeso, es fácil imaginarse que el esfuerzo que debes hacer, especialmente cuando toca bogar contracorriente», cuenta el veterano gondolero Stefano Vio, que se pone en su tiempo libre un traje de submarinista para recuperar basura y otros objetos abandonados del fondo de los canales junto a otros compañeros.

El cambio en la normativa pretende además que estos profesionales mantengan una mayor distancia con los clientes dentro de la embarcación para intentar evitar los contagios de Covid-19. «La pandemia ha impulsado la reducción de la capacidad, que esperemos que se mantenga cuando pase este difícil período», explica Vio. El coronavirus le ha dado el golpe de gracia al turismo, principal y casi único sector productivo de la parte antigua de la Ciudad de los Canales, que ya venía de un período difícil desde que se produjo la inundación del 12 de noviembre, cuando el 'agua alta' alcanzó los 187 centímetros, la cifra más elevada en medio siglo, y anegó más del 80% de la urbe. «Trabajamos un 85% menos. Llevo cinco meses casi parado», lamenta el gondolero. «Solo los sábados y los domingos tenemos algunos clientes. Son gente de la zona. No hay apenas alemanes, austriacos ni suizos. Es una pena, porque no ha habido apenas contagios en Venecia y es un momento estupendo para visitar Venecia. A ver si se animan a venir los españoles».

El cambio en la capacidad máxima de las góndolas, que también afecta a las llamadas embarcaciones 'da parada' (de desfile), que pasan de 14 a 12 personas, no es la única novedad en la normativa introducida por el ayuntamiento. Desde hace unas semanas se permite que los gondoleros cedan su licencia a un familiar directo sin que este tenga que pasar los cursos, exámenes y el período de prueba previsto hasta ahora.

     

     

Un empleo familiar

«Es una medida muy útil cuando nos hacemos mayores y ya nos cuesta seguir trabajando, pues es un empleo que te exige estar físicamente bien, con fuerza en los brazos. Si les has enseñado el oficio a tu hijo, y pasa una pequeña prueba, puede sucederte sin necesidad de esperar los hasta dos años que se tardaba hasta ahora en superar todo el proceso», explica el gondolero.

«Esta es una profesión que lleva siglos pasando de padres a hijos. Para nosotros es un orgullo ejercer este trabajo único en el mundo y que nos permite sentirnos custodios del increíble patrimonio de Venecia», cuenta Vio. En la Ciudad de los Canales los gondoleros titulares son hoy 430, mientras que hay 180 sustitutos. Solo hay una mujer en el gremio, que explota al máximo su peculiar condición hasta el punto de exigir a los periodistas que le paguen por dejarse entrevistar.

El reciente cambio en la normativa no ha supuesto una alteración de las tarifas de los paseos en góndola: 80 euros por 30 minutos y 100 euros por 45 minutos. A partir de las 19:00 horas el precio sube a 100 y 120 euros.

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