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Angela Merkel EFE

Alemania aplica en Semana Santa las restricciones más severas por la covid-19

Merkel pide a los ciudadanos quedarse en casa y afirma que «la situación es muy, muy grave»

juan carlos barrena

Berlín

Martes, 23 de marzo 2021, 10:36

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Alemania aplicará esta Semana Santa las más severas restricciones desde el comienzo de la pandemia de coronavirus ante el repunte de las infecciones y la amenaza de que el sistema sanitario se vea desbordado. Durante las festividades de Pascua, entre el 1 y 5 de abril, todo el país entrará en una obligatoria «fase de descanso», igual a la de los días festivos a nivel comercial, que paralizará por completo la vida pública y social. «Nos encontramos en una situación muy, muy grave», advirtió la canciller federal, Angela Merkel al término de la reunión de más de doce horas con los primeros ministros de los dieciséis estados federados germanos que comenzó en la tarde del lunes y se prolongó hasta este martes.

«Aún no hemos podido derrotar al virus, que además no ceja en su empeño», destacó Merkel al término del encuentro en una rueda de prensa, en la que comentó asimismo que el país compite con el programa de vacunación en la carrera para vencer a la enfermedad y apuntó que cuanto más bajas sean las tasas de nuevas infecciones más rápidamente se notará el efecto de las inmunizaciones en la situación general.

La jefe del Ejecutivo federal y los primeros ministros regionales decidieron no sólo prescindir de cualquier posible alivio, sino llevar al máximo el llamado 'cierre duro' tras ser informados detalladamente por el equipo científico sobre las consecuencias de la creciente ola actual de contagios y conocer las proyecciones de los cálculos matemáticos que anuncian un aumento exponencial de las infecciones que podrían llevar al colapso del sistema sanitario. Angela Merkel comentó al respecto que la situación actual es apreciablemente más grave y peligrosa que la de la primera ola hace un año y la que comenzó el pasado otoño. El nivel de incidencia del virus era ayer de 111,4 casos por cada 100.000 habitantes en una semana de media en Alemania, pero la canciller federal teme que se dispare en poco tiempo a más de 200 si no se ataja la nueva ola de infecciones.

La epidemia de coronavirus «carga como un plomo sobre todo el país», dijo a su vez Markus Söder, primer ministro de Baviera y líder de los socialcristianos (CSU), que calificó de inevitables las restricciones máximas dictadas para Semana Santa.

Hoteles clausurados

Los alemanes no podrán hacer viajes turísticos dentro del país ante el mantenimiento del cierre de hoteles y residencias vacacionales. Tampoco se puede acudir a bares o restaurantes, que llevan clausurados casi cinco meses de manera ininterrumpida, desde principios de noviembre. Y a nivel de contactos, la celebraciones familiares de Pascua no podrán contar con la presencia de más de cinco personas de dos hogares distintos, sin contar a los niños menores de 14 años.

Medidas más severas aún que las dictadas las pasadas navidades. Por no haber no habrá ni oficios religiosos presenciales. Las autoridades germanas no han querido prohibirlos tajantemente, pero Berlín y los estados federados apelan a las distintas comunidades religiosas para que renuncien voluntariamente a celebrar actos que congreguen a sus fieles en los templos. «Nos quedamos en casa» es el lema de esta Semana Santa, según señalaron los asistentes a la conferencia.

Además se mostraron de acuerdo en aplicar el ll amado 'freno de emergencia', es decir aumentar de nuevo a máximos niveles las restricciones, en aquellas regiones donde la incidencia del virus supere los 100 contagios en una semana por cada 100.000 habitantes en tres días consecutivos. Eso supone reducir los contactos personales a una sola persona de un hogar ajeno y el cierre inmediato del comercio minorista que no es de primera necesidad, así como algunos locales culturales y deportivos que recibieron la autorización de apertura a principios de mes. Es el caso de la ciudad-estado de Hamburgo, que ya el pasado viernes echo mano del citado mecanismo como se había acordado en la reunión anterior.

Grotescas diferencias de ricos y pobres

La Organización Mundial de la Salud (OMS) avisó este martes de que la brecha de la vacunación contra el coronavirus entre países ricos y pobres «aumenta a diario» y «se vuelve más grotesca cada día». «Tenemos los medios para evitar este fracaso, pero es sorprendente lo poco que se ha hecho para evitarlo», lamentó su director general, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus. Señaló que países con mayores ingresos «vacunan a personas más jóvenes y sanas con bajo riesgo frente a la enfermedad y a costa de la vida de los trabajadores de la salud, las personas mayores y otros grupos de riesgo en otros países», para añadir que «los países más pobres del mundo se preguntan si los ricos realmente hablan en serio cuando hablan de solidaridad».

Asímismo recordó que ya en enero había advertido de que el mundo estaba «al borde de un catastrófico fracaso moral a menos que se tomaran medidas urgentes para garantizar una distribución equitativa de las vacunas». A parte del daño moral de la distribución desigual, también es contraproducente desde el punto de vista económico y epidemiológico. «Esto puede comprar seguridad a corto plazo, pero es una falsa sensación», indicó.

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