«Ves el hambre en las caras de la gente de Gaza»
El cooperante, recién llegado de la Franja, dibuja una situación límite marcada por la violencia y la falta de comida: «Se necesita un alto el fuego»
Aitor Zabalgogeazkoa lleva tres décadas trabajando en todo tipo de emergencias, coordinando a equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en las situaciones más adversas. Acaba ... de regresar de Gaza, donde ha pasado dos meses al frente de uno de los tres equipos de la ONG internacional en la Franja, el materno-infantil. Llega con el corazón encogido, convencido de que «despúes de 22 meses de campaña militar, la situación está peor que nunca, con la población agotada, falta de esperanza y con miedo a la posible invasión israelí de la ciudad de Gaza».
Noticias relacionadas
En comparación con otros desastres en los que ha trabajado, Zabalgogeazkoa destaca que Gaza es diferente «por la dimensión de una emergencia en la que hay dos millones de personas encerradas sin ninguna posibilidad de salida». Es, además, una situación agravada por los 120 días de bloqueo a los que Israel somete la Franja. «No hay alimentos, no hay agua, no hay combustible y escasean los recursos en los hospitales, que están desbordados. Uno tiene 340 camas y 790 pacientes ingresados». En una entrevista con este medio en la sede de MSF en Bilbao, Zabalgogeazkoa dibuja una situación límite. «Para mí es un genocidio. Gaza es la máxima expresión de la agresión de Israel a Palestina», sentencia. «Y solo un alto el fuego puede mejorar la situación».
– El sistema de distribución de ayuda ideado por el gobierno de Israel y gestionado por mercenarios de Estados Unidos ha provocado mucha polémica. ¿Cuál es la situación en esos centros?
– Es una locura que no tiene ni pies ni cabeza. Una situación caótica y desesperada en la que todos los días se producen muertos y heridos. Solo hay dos puntos de distribución y la gente tiene que desplazarse a través de zonas militares para llegar a ellos. Luego, allí hay peleas constantes, multitudinarias, en los que se producen heridos por arma blanca. Los soldados responden con disparos. Pero no al aire: el último día que estuve allí nos llegaron tres heridos por balazos en la cabeza.
– En definitiva, la ayuda no llega a quien la necesita.
– En primer lugar, entra un tercio de la ayuda que hace falta. Y de los 80 camiones que entran, ninguno llega al centro de distribución porque son asaltados. La mayoría por hombres jóvenes que buscan comerciar con la comida en el mercado negro, donde alcanza precios desorbitados. Pero es que la ayuda humanitaria debería ser solo un tercio de la mercancía que entra en Gaza: el resto tendrían que ser productos para el comercio. Los camiones están ahí, pero Israel no les deja entrar. Son dificultades deliberadas para que no entre la ayuda. Y se han creado las circunstancias para que no haya autoridad, reine el caos y todo se desmorone.
– La ayuda desde el aire tampoco sirve de gran cosa, ¿no?
– Eso son meros gestos políticos. Porque cada avión lanza el equivalente a la ayuda que transporta un camión. ¿Llevar doce cajas desde España o desde Alemania compensa? Solo si se trata de una operación de imagen, porque es una fórmula lógica únicamente en zonas inaccesibles, cuando ha habido un terremoto o una inundación. Aquí la frontera, donde están esperando los camiones, está a diez kilómetros. Son 22 minutos en coche. Además, ya se han producido muertes porque las cajas caen encima de la gente, o se abren y se esparce su contenido en el aire.
– Ahora se prepara otra flotilla de la libertad. Tampoco parece una gran fórmula para llevar ayuda.
– También es un gesto político. Un intento futil de romper el cerco de Israel. Pero la ONG de José Andrés, World Central Kitchen, sí que planteó el envío de ayuda por mar e incluso construyeron un muelle.
– ¿Cómo trabajan en Gaza en esta situación?
– Pues hay ocasiones en las que tenemos que esperar 48 horas para recorrer esos 22 minutos en coche porque tenemos que informar de todos nuestros movimientos y ubicaciones para evitar que nos bombardeen y los permisos tardan mucho en llegar. Yo me levanto a las 4:30 de la mañana, veo las redes sociales para enterarme de lo que ha pasado por la noche, desayuno, que suele ser la única comida del día, y luego trato de conseguir que los coches lleguen enteros a su destino. Labores de logística y de seguridad.
Sin recursos en los hospitales
– ¿Cuáles son las heridas más frecuentes que tratan en sus hospitales?
– En general, en torno al 20% de los heridos tienen impactos de bala de cintura para arriba. Otro 20%, más o menos, llega con heridas provocadas por explosiones, muchas veces de drones que lanzan granadas. Y luego también hay muchos heridos por cortes de concertinas. Pero hay que entender que los hospitales siguen ofreciendo tratamientos habituales. El problema es que en tres horas pueden llegar 60 muertos y 480 heridos y no hay ni personal ni recursos para atenderlos. Nosotros, por ejemplo, solo podemos atender los partos más graves. Y el personal sanitario parece que no ha dormido en su vida. Está exhausto. Y esta experiencia le va a pasar una factura personal tremenda.
– ¿Cómo de grave es el problema del hambre?
– Hay gente de nuestro equipo que viene a trabajar sin haber comido, que ha perdido 15 kilos. Y estos cobran su sueldo. Ves el hambre en las caras. De momento, afecta sobre todo a niños que tienen problemas previos. Pero es que un problema puede ser la celiaquía. Eres celíaco en Gaza y te mueres. Si el bloqueo continúa, el problema crecerá de forma exponencial.
– ¿Qué relación tienen con Hamás?
– Ninguna. Solo tenemos relación con el Ministerio de Salud, al que enviamos los datos de muertos y de heridos. Obviamente, Hamás está en la clandestinidad y, lógicamente, no preguntamos la afiliación a los heridos que nos llegan. Pero no es cierto que le demos cobertura de ningún tipo, ni que todo sea culpa de Hamás, como sostiene Israel. Y que utilicen los hospitales como tapadera, como dicenalgunos... Qué sé yo lo que hay debajo del edificio.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión