La indignación sacude Gaza tras la muerte de seis periodistas en un ataque israelí
Un dron destruyó «premeditadamente» la tienda de campaña donde trabajaban los reporteros, entre ellos Anas al-Sharif, de Al Jazeera, a quien el ejército acusaba de pertenecer a Hamás pese a repetidos desmentidos
M. Pérez
Lunes, 11 de agosto 2025, 06:16
Israel cosechó ayer la indignación y la condena internacional tras el bombardeo que mató en la noche del domingo a seis periodistas en un campamento ... situado en los aledaños del hospital de Gaza City. En el ataque murieron cuatro reporteros de la cadena Al Jazeera, uno de los cuales, Anas al-Sharif, fue señalado por el ejército hebreo como militante de Hamás hace un año. La cadena árabe ha asegurado que las acusaciones eran «inventadas».
El pasado julio, el Comité para la Protección de los Periodistas declaró que estaba «profundamente preocupado» por las amenazas vertidas contra Al-Sharif y añadió que su vida podia correr peligo tras la «campaña de descrédito» de las fuerzas armadas israelíes. El corresponsal había informado repetidamente sobre la hambruna en Gaza.
El primer ministro británico, Keir Starmer, y su homólogo catarí, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, figuran entre los primeros líderes extranjeros que reprobaron «unos crímenes que van más allá de la imaginación». Naciones Unidas declaró que el Gobierno hebreo «debe respetar y proteger a todos los civiles, incluidos los periodistas». Al menos 242 profesionales palestinos han muerto desde el inicio de la guerra, una cruel sangría que también condenaron Reporteros sin Fronteras y la Asociación de Prensa Extranjera, cuyos portavoces denunciaron la práctica de tildar a los periodistas locales de terroristas, «a menudo sin pruebas verificables», para «convertirlos en objetivos».
El ataque se produjo con un dron que los militares lanzaron contra la tienda de campaña, que los periodistas utilizaban como base de trabajo y alojamiento ocasional frente al hospital Al-Shifa. La explosión mató a siete personas, seis de ellas periodistas según 'The Washington Post', y dejó heridas a otras ocho. Poco antes de morir, Anas al-Sharif, de 28 años, había publicado un mensaje en las redes sociales con el siguiente texto: «Bombardeo implacable. Durante dos horas, la agresión israelí se ha intensificado en la ciudad de Gaza».
Al Jazeera identificó a los otros empleados fallecidos como el periodista Mohammed Qreiqeh y los cámaras Ibrahim Zaher, Mohammed Noufal y Moamen Aliwa. La identidad del resto de las víctimas mortales todavía no ha sido revelada. Un quinto periodista fallecido sería un palestino que trabajaba para medios externos, ya que la prensa internacional tiene prohibida la entrada en la Franja por orden de Israel.
Al-Sharif se encontraba en una lista de seis reporteros de Al Jazeera a quienes el ejército hebreo acusó en octubre de 2024 de pertenecer a Hamás y la Yihad Palestina. La Inteligencia militar aseguró que disponía de documentos incautados a células terroristas que contenían nombres de dirigentes y militantes de las Brigadas Qassam y las Brigadas Al-Quds, brazos armados de ambos grupos. Según el espionaje, esos nombres coincidían con los de varios periodistas. Tel Aviv acusaba a Al-Sharif de dirigir una célula que había atacado con cohetes el territorio de Israel.
De nada ha servido que la cadena árabe desmintiera cualquier relación de sus periodistas con las organizaciones islamistas y que diversos organismos internacionales advirtieran de que la vida del corresponsal corría peligro tras ser puesto en la diana por el ejército. El Comité para la Protección de los Periodistas ha dicho este lunes que los militares orquestaron una «campaña de desprestigio,» como «preludio a su asesinato».
Al-Sharif se había hecho conocido por sus crónicas sobre los bombardeos aéreos en la Franja y los padecimientos de la población palestina debido al hambre. En una de sus retransmisiones lloró desconsoladamente. También se hizo muy popular al quitarse el chaleco antibalas en directo justo cuando Israel y Hamás anunciaron su primera tregua mientras se hallaba rodeado de civiles que festejaban el silencio de las armas, Deja esposa y dos hijos pequeños. El padre de Al-Sharif murió en diciembre de 2023 durante un bombardeo israelí sobre el campo de refugiados de Jabalia que destruyó su casa. El joven se negó a abandonar el norte de Gaza y desde entonces informaba desde la antigua capital.
Una enorme explosión
Testigos presenciales han asegurado este lunes que el ataque contra la tienda de campaña «fue premeditado». La explosión pudo escucharse a centenares de metros e iluminó el cielo. Las Fuerzas de Defensa corroboraron posteriormente que su objetivo era el corresponsal.
Durante la guerra al menos 237 profesionales han sido asesinados en Gaza, pero esta es la primera ocasión en que un bombardeo se centra en el campamento de los medios de comunicación, perfectamente identificable a las afueras del hospital principal de Gaza City. El Comité para la Protección de los Periodistas se ha declarado «horrorizado» y ha denunciado que «la práctica de Israel de etiquetar a periodistas como militantes sin aportar pruebas creíbles plantea serias dudas sobre su intención y su respeto por la libertad de prensa». Por su parte, el Sindicato de Periodistas Palestinos condenó «este crimen sangriento».
Al Jazeera lamentó la muerte de sus trabajadores y calificó a Al-Sharif como «uno de los periodistas más valientes de Gaza». El bombardeo, añadió, ha sido «un intento desesperado de silenciar las voces en previsión de la ocupación» de la Franja. El pasado mes de julio, el portavoz militar israelí Avichai Adraee acusó a Al-Sharif de pertenecer a Hamás, lo cual fue rechazado desde diferentes organizaciones y también por la relatora especial de la ONU Irene Khan, quien señaló que se trataba de una «afirmación sin fundamento». Otro mando militar criticó posteriormente a Al Jazeera por su cobertura informativa en Gaza. El corresponsal ahora asesinado comentó entonces que vivía con la «sensación de que podían bombardearme y martirizarme en cualquier momento».
Tras su muerte, un mensaje ha sido colgado esta madrugada en el perfil social de Al-Sharif. Según la cadena árabe, lo escribió de su puño y letra el pasado 6 de abril para que fuera publicado en caso de su fallecimiento. En él manifesta cómo ha «vivido el dolor en todos sus detalles, probado el sufrimiento y la pérdida muchas veces, pero nunca dudé en transmitir la verdad tal como es, sin distorsión ni falsificación». Y añade: «Que Dios dé testimonio contra aquellos que guardaron silencio, aquellos que aceptaron nuestra muerte, aquellos que ahogaron nuestra respiración y cuyos corazones no se conmovieron ante los restos dispersos de nuestros niños y mujeres».
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