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Netanyahu besa a su mujer tras votar. Reuters

Victoria sin premio para Netanyahu en Israel

El primer ministro precisa del apoyo de dos tránsfugas o del partido islamista para mantenerse en el poder

Mikel ayestaran

Jerusalén

Martes, 23 de marzo 2021

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A la cuarta tampoco fue la vencida y Benyamin Netanyahu vuelve a ser un ganador que se queda sin premio en las elecciones de Israel. Con casi el 90% del voto escrutado, el partido del primer ministro, Likud, consigue la victoria con 30 escaños, pero para ser el auténtico vencedor tiene que poder sumar los apoyos suficientes para llegar a los 61 diputados que permiten formar Gobierno y las cuentas no le salen. Su tradicional alianza con los dos partidos ultraortodoxos, junto al apoyo de los colonos radicales de Sionismo Religioso y el ultraderechista Yamina, sumarían 59 escaños, con lo que necesitaría dos tránsfugas para seguir en el poder.

La otra opción posible es que el Likud trate de conseguir el apoyo de los islamistas de la Lista Árabe Unida. «No es la opción ideal, pero es posible hacerlo para evitar de esta manera unas quintas elecciones», declaró al Canal 12 el diputado del partido conservador, Tzachi Hanegbi. A lo largo de toda la campaña, el líder islamista, Mansour Abbas, ha mostrado su disposición a «participar en cualquier coalición que ofrezca soluciones a los problemas de la población árabe». Sus cinco escaños permitirían a Netanyahu gobernar, pero resultaría realmente extraño una alianza con extremos tan enfrentados y formaciones abiertamente anti árabes como Sionismo Religioso.

LA CIFRA:

  • 30 escaños consiguió el Likud, el partido de Netanyahu. Para formar Gobierno se precisan 61 y deberá buscar alianzas.

  • Complicada tarea. El primer ministro busca apoyos para evitar unas quintas elecciones en menos de dos años

Esta decisión de abrirse a negociar con todos fue uno de los motivos por los que la Lista Árabe Conjunta decidió salirse de la Lista Conjunta, la coalición de partidos árabes que finalmente obtuvo seis escaños. Esta minoría representa el 21% de la población de Israel.

Nada que celebrar

El Likud lo preparó todo para celebrar una noche de fiesta. La apuesta por monopolizar el éxito de la campaña de vacunación fue el principal argumento de Netanyahu en unas elecciones que se volvieron a convertir en un plebiscito sobre su persona.

Los primeros sondeos de los tres principales canales del país ofrecidos al cierre de urnas arrojaban un resultado ajustado en el que el bloque del Likud llegaba a los 61, si conseguía el apoyo de Yamina. Pero en el partido no las tenían todas consigo y, como ha demostrado el recuento, acertaron y la noche electoral fue de una alegría moderada.

Netanyahu y su esposa, Sarah, no aparecieron hasta las 2.30 de la madrugada por el Palacio de Congresos de la ciudad santa. Todos los globos azules y blancos que se habían preparado para lanzar al aire en señal de victoria, quedaron atados a la espera de mejores noches. El tono del primer ministro fue contenido, no eufórico, aunque habló de una «enorme victoria» y mostró su deseo de formar «un Gobierno estable de derechas» con el objetivo prioritario de «evitar unas quintas elecciones».

Con los números en las manos, en el Parlamento de Israel hay una mayoría holgada de partidos de la derecha y extrema derecha. Desde el punto de vista ideológico comparten los criterios del Likud, pero la relación personal con el primer ministro de políticos como Gideon Saar, líder de Nueva Esperanza, o Avigdor Lieberman, de Israel Beitenu, son complicadas.

El recuento total de votos puede demorarse varios días, pero desde las filas del Likud informaron de que, como formación con más votos, ya han puesto en marcha los contactos con el resto de partidos para intentar llegar a acuerdos. Este proceso suele llevar semanas y, si no sale bien, Israel tendrá unas quintas elecciones.

'Maestro' de la superviviencia política

Benjamin Netanyahu, el primer ministro que más tiempo ha estado en el poder en Israel, demostró de nuevo este martes que es un «maestro» en el arte de la supervivencia política, a pesar de su inculpación por corrupción. Su continuidad al frente del gobierno desanimaría a sus opositores, quienes le achacan su juicio en curso por corrupción, malversación y abuso de poder.

Nacido en Tel Aviv el 21 de octubre de 1949, ha heredado el fuerte bagaje ideológico de su padre, Benzion, que fue asistente personal de Zeev Jabotinsky, líder de la tendencia sionista llamada «revisionista», favorable a un «Gran Israel» que abarque también a Jordania. Opuesto al proceso de paz palestino-israelí de Oslo, que él mismo ayudó a enterrar, Netanyahu aboga por una visión de Israel como un «Estado judío», cuyas fronteras se extienden hasta Jordania. En este sentido, apoya la anexión de zonas de la Cisjordania ocupada y sus medidas favorecieron un aumento de las colonias.

Aunque mantiene sus duras declaraciones contra los líderes palestinos, Netanyahu defendió la reciente normalización de las relaciones con países árabes --Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Sudán y Marruecos-- y sueña con extenderla a Arabia Saudita. Orador nato, Netanyahu es también un diplomático de carrera. Vivió en Estados Unidos, donde hizo sus estudios y fue embajador ante la ONU en los años 1980.

Cuando regresó a Israel fue elegido diputado en 1988 por el partido Likud, la gran formación de la derecha israelí, en la que pronto se convirtió en la nueva estrella. Su ascensión fue imparable hasta 1996 cuando, a los 47 años, se convirtió en el primer ministro más joven de la historia de Israel.

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