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Miguel Pérez
Martes, 20 de agosto 2024, 08:08
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El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, echó ayer un jarro de agua fría a las familias de los 109 secuestrados que permanecen en manos de Hamás al anunciarles que un acuerdo de alto el fuego y liberación de los cautivos no está asegurado. No era el día para sembrar más desesperanza. Las Fuerzas de Defensa acababan de anunciar la recuperación de los cadáveres de seis rehenes en Gaza.
Los cuerpos se encontraban en una de las galerías subterráneas construidas bajo la ciudad de Khan Younis. A cinco de ellos las Fuerzas de Defensa ya les habían declarado muertos. Sabían que perdieron la vida probablemente antes de marzo. Del sexto pensaban que continuaba en la lista de los supervivientes. Estos hallazgos aumentan el pesimismo de los militares. El grupo de los rehenes vivos es cada vez más exiguo. De los 109 secuestrados que todavía siguen presos, existen pruebas de que 35 han fallecido y de lo que se trata ahora es de recuperar sus restos. Pero todo apunta a que existen más defunciones.
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El ministro de Defensa, Yoav Gallant, calificó la operación de rescate como «compleja» y «audaz». Amparados por la oscuridad de la noche, las fuerzas especiales reventaron un túnel que previamente les había señalizado la agencia de Inteligencia Shin Bet en base a los interrogatorios a presos palestinos. Las tropas no encontraron resistencia dentro de la galería. Una vez en el exterior, con los cuerpos en su poder, sí debieron abrirse paso a tiros entre algunos grupúsculos yihadistas.
Los soldados se ayudaron con escáneres para localizar a los rehenes. Sus cuerpos habían sido depositados al otro lado de una pared, en un hueco que tapiaron de nuevo. En marzo, los paracaidistas habían mantenido enfrentamientos con los milicianos a solo unos cientos de metros. Desafortunadamente no llegaron hasta el túnel donde estaban los rehenes. Ahora, el Estado Mayor baraja que todos o algunos de ellos pudieron morir bajo las bombas de la aviación israelí, aunque tampoco descarta que, al menos en dos casos, los terroristas decidieran ejecutar a los secuestrados ante la cercanía de los combates. Lo único que parece confirmado es que uno de los presos, identificado como Yagev Buchshtav, de 35 años, pereció por falta de alimentos y medicinas, según informó en su día la milicia.
Aparte de Buchshtav, el resto de las víctimas son Alexander Dancyg (75 años), Avraham Munder (78), Yoram Metzger (80), Nadav Popplewell (51) y Haim Peri (79). Los rehenes fueron capturados al sur de Israel y cerca de la frontera con Gaza, principalmente en los kibutz de Nirim y Nir Oz. Hamás lanzó una ofensiva como nunca se había visto contra estas comunidades el 7 de octubre: mató a más de 1.200 personas, violó a numerosas mujeres y niñas y se llevó a 250 cautivos.
Metzger y Peri aparecieron en un vídeo propagandístico de Hamás bastantes semanas después de la masacre. En mayo, la milicia anunció que habían fallecido bajo las bombas israelíes. Otra grabación fue difundida en mayo con Popplewell. El hombre aparece con el rostro marcado por los golpes bajo el epígrafe 'El tiempo se acaba'. Más tarde se supo que los milicianos habían colgado el vídeo cuando ya estaba muerto. Los fallecidos eran ciudadanos corrientes. Varios fueron secuestrados junto con sus mujeres, que los terroristas dejaron en libertad en un canje por presos palestinos el 28 de noviembre. A la esposa de Buchshtav los captores le amenazaron con «arrastrarla por el suelo» ya que se negaba a dejar a su marido en el túnel. Se habían casado en 2021. Él era músico.
En este grupo había aficionados a la Historia, un lector de ciencia ficción, un jubilado reconvertido en un cocinero apreciado por sus vecinos y el hijo de unos supervivientes del Holocausto que daba clases e ilustraba a políticos, figuras públicas y educadores polacos sobre los horrores del genocidio nazi. Haim Peri era un militar retirado que decidió involucrarse en actividades pacifistas. Con su coche trasladaba a niños palestinos desde La Franja hasta los hospitales de Israel donde recibían tratamiento y luego los devolvía a sus casas.
Netanyahu expresó ayer su pésame a los parientes de las víctimas. «Nuestros corazones están afligidos por esta terrible pérdida», dijo. Sin embargo, las críticas arrecian sobre él. El Foro de Familias que agrupa a cientos de allegados de los secuestrados le recordó que «Israel tiene la obligación moral y ética de devolver a todos» los cautivos, vivos o muertos, para «un entierro digno».
Sin embargo, hubo críticas mas duras. El hijo de Alex Dancyg dijo públicamente que su padre podría haber salido vivo del cautiverio y acusó a Netanyahu de dilatar las negociaciones. y elegir «abandonar a los rehenes para sobrevivir» él mismo. Familiares de Avraham Munder y Yoram Metzger coincidieron en que «todos los cautivos podrían haber regresado a casa con vida», pero los esfuerzos para conseguirlo «siempre han sido revertidos en el último minuto»
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