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El ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, a la izquierda, y el director de la AIEA, Rafael Mariano Grossi, durante su reunión de ayer en Teherán. EFE
Irán no cede y restringirá la labor de los inspectores nucleares

Irán no cede y restringirá la labor de los inspectores nucleares

La reunión de este domingo con el director de la AIEA acaba con un pacto de mínimos para permitir sólo verificaciones «necesarias»

Mikel Ayestaran

Jersusalén

Domingo, 21 de febrero 2021, 21:35

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La presión de última hora de los firmantes europeos del pacto nuclear, la visita del director de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) a Teherán y la luz verde de Estados Unidos para volver a la mesa de negociación no han sido suficientes para disuadir a la república islámica, que sigue adelante con su plan de restringir las inspecciones de los expertos de la AIEA.

La reunión celebrada este domingo acabó con un pacto de mínimos por el que el organismo de control nuclear de la ONU podrá continuar con las actividades de verificación y monitoreo «necesarias», si bien habrá menos acceso y no más inspecciones rápidas, dijo su jefe, Rafael Grossi, al término del encuentro. «Lo que acordamos es algo que es viable, es útil para cerrar esta brecha que estamos teniendo, salva la situación ahora», admitió Grossi.

Se trata de una «solución temporal» de tres meses para mantener una vigilancia «satisfactoria» que busca controlar el alcance del programa nuclear iraní, aunque las inspecciones se limitarán a partir del martes, como anunció la república islámica. «El acceso se reducirá, no nos engañemos, pero seremos capaces de mantener el nivel necesario de vigilancia y verificación», dijo Grossi a su regreso de Teherán.

«Esto no es un ultimátum. Como cualquier otra democracia debemos aplicar una ley aprobada por el Parlamento. Pero no es un movimiento para abandonar el acuerdo», declaró el ministro de Exteriores, Javad Zarif.

El jefe de la diplomacia iraní insistió una vez más en que «en cuanto ellos cumplan el acuerdo, nosotros volveremos también a cumplirlo en su totalidad», en referencia a la exigencia de Teherán de que Estados Unidos levante las sanciones impuestas de forma unilateral por Donald Trump en 2018. Unos castigos que han costado a la economía del país en torno a un billón de dólares, según Zarif, quien espera «algún tipo de compensación al respecto».

La ley, que entrará en vigor mañana, se aprobó en el Parlamento tras el asesinato en noviembre del científico Mohsen Fakhrizadeh. Los diputados acordaron entonces limitar la cooperación con los inspectores internacionales hasta que Washington levantara las sanciones, pero de momento no hay movimientos en la Casa Blanca en esta dirección. «En mi opinión, las inspecciones serán reducidas en un 20 a 30% tras la aplicación de la norma», adelantó el viceministro de Exteriores, Abas Araghchi.

Motivos de preocupación

El director de la AIEA, Rafael Grossi, viajó a Irán para «encontrar una solución mutuamente aceptable». El embajador de Teherán ante esta agencia de la ONU, Kazem Gharibabadi, declaró que «hemos mantenido discusiones fructíferas basadas en el respeto mutuo», pero no aportó más detalles. Además de las restricciones a los inspectores, la república islámica ha vuelto a producir uranio metal, necesario para producir combustible atómico, pero que también puede emplearse para hacer el núcleo de una cabeza nuclear. Al mismo tiempo, ha comenzado a enriquecer uranio a una pureza del 20%, muy lejos de 3,67% permitido, y ha puesto en marcha centrifugadores de última generación. Estos son los pasos que califican de «reversibles» en cuanto Joe Biden levante los castigos.

Los iraníes se alejan paso a paso del acuerdo firmado en 2015, un pacto que Trump abandonó y que ahora Biden asegura que quiere volver a recuperar. «Estados Unidos aceptaría una invitación del Alto Representante de la Unión Europea para asistir a una reunión del P5+1 (grupo formado por EE UU, Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y China) e Irán para discutir una vía diplomática para avanzar en el programa nuclear iraní», anunció el departamento de Estado la semana pasada en un gesto que rompía con lo cuatro años de frentismo del anterior inquilino de la Casa Blanca.

«Necesitamos acciones, no promesas. Queremos ver un cambio de actitud para que no se vuelvan a repetir las arbitrariedades que comenzaron con Trump», respondió Zarif ante esta posibilidad de volver al diálogo. En ese contexto, el régimen de Teherán estudia la nueva ventana que se abre con EE UU, pero adelantaron que solo tomarán una decisión «tras consultar con amigos y aliados como China y Rusia», apuntó Araghchi.

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