Guterres: «Es hora de retroceder del abismo»

«Es hora de retroceder del abismo», pidió el secretario general de la ONU, António Guterres. «Es vital evitar cualquier acción que pueda llevar a una gran confrontación militar en múltiples frentes de Oriente Próximo». La organización creada al término de la Segunda Guerra Mundial, precisamente para evitar otras guerras, tiene sobre la mesa la responsabilidad de frenar lo que algunos comparan con 1914.

No hubo unanimidad entre los 15 miembros del Consejo de Seguridad. Israel y Estados Unidos buscaban una condena contundente de los ataques porque «el Consejo de Seguridad tiene la obligación de no dejar las acciones de Irán sin respuesta», pidió Robert Woods, representante alternativo de EE UU para asuntos políticos especiales. Rusia, sin embargo, pedía que se condenará inequívocamente el atentado contra el consulado iraní que dio pie a esta respuesta. «Estados Unidos, Reino Unido y Francia esencialmente se han negado a confirmar los principios básicos de la legalidad internacional sobre la inviolabilidad de las instalaciones consulares y diplomáticas, que aplican por igual a todos los estados», acusó el embajador ruso, Vasily Nebenzya, quien tachó a estos países de hipocresía. «Si hubiera sido contra una representación occidental hubiera habido una represalia inmediata», especuló.

Guterres había sido claro en su breve discurso, tanto a la hora de refrendar el principio de inviolabilidad de las sedes diplomáticas, como al rechazar actos de represalia que conlleven el uso de la fuerza. Irán se ha amparado en el artículo 51 de la carta de Naciones Unidas sobre el derecho inalienable de la autodefensa, pero el secretario general recordó que la Carta Magna prohíbe el uso de la fuerza contra la integridad territorial o independencia política de cualquier estado.

Suiza, cuya embajada en Teherán ha servido de canal de comunicación entre Estados Unidos e Irán para evitar que Washington se diera por aludido en el conflicto, que quiere limitar a Israel, también condenó tanto los atentados contra la delegación diplomática iraní como la respuesta militar del sábado. «Hemos advertido repetidamente sobre los riesgos de acelerar una espiral de violencia en la región», recordó su embajador, Pascale Baeyswyl. Es imperativo que todas las partes en la región y aquellos que tengan influencia sobre ellos ejerciten la máxima contención», pidió. Su recomendación es el diálogo y está dispuesto «a contribuir».

La mayor parte de los países que hablaron ayer en la reunión de emergencia coincidían en que ha llegado el momento de apaciguar y desescalar, pero también de poner fin a la masacre de Gaza, «cuyas llamas» amenazan con extenderse por la región si no se contienen, advirtió el embajador chino, Zhang Jun.

La preocupación era el elemento común que todos compartían. La única receta con similar aceptación es la implementación inmediata de un alto el fuego en Gaza, de acuerdo a la resolución 2728, aprobada por ese mismo organismo el 25 de marzo. Lejos de atenerse a ella, el embajador israelí, Gilad Erdan, acusó a Irán de ser un régimen similar al de Hitler que ha proporcionado armas y entrenamientos para la peor masacre que haya sufrido el pueblo judío desde el Holocausto. «Hay que tomar medidas ya, no por el bien de Israel ni por el de toda la región, sino por el mundo», amedrentó.

Por su parte, el representante iraní, Amir Saeid, reiteró que no tiene intención de iniciar un conflicto con Estados Unidos en la región y aseguró que su país ha demostrado su compromiso con la paz al ejercitar estos ataques «con suma contención», ya que solo estuvieron dirigidos contra objetivos militares. Según Guterres, «unos cuántos civiles resultaron heridos».