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La comunidad internacional vigilará de cerca la financiación aprobada para reconstruir Beirut, arrasada por la explosión que dejó un cráter de 43 metros de profundidad. AFP
Los donantes internacionales comprometen 250 millones para Beirut

Los donantes internacionales comprometen 250 millones para Beirut

Los participantes en la reunión organizada por la ONU y Francia quieren que sea una ayuda directa y «se entregue al pueblo»

mikel ayestaran

Corresponsal. Jerusalén

Domingo, 9 de agosto 2020, 20:03

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El futuro inmediato de Beirut pasaba por la teleconferencia de donantes organizada por Francia en la que hubo representantes de 28 países que se comprometieron a destinar 252,7 millones de euros para ayudar a las víctimas de la explosión del martes. La asistencia «llegará a tiempo, será suficiente para las necesidades de los libaneses (…) y se entregará de manera directa a la población, con eficacia y transparencia», recogió el comunicado final.

El presidente francés, Emmanuel Macron, fue el encargado de presidir esta iniciativa que anunció durante su visita a la capital libanesa el jueves pasado, en la que prometió ayuda y que ésta no caería en «manos de los corruptos», en referencia a la clase dirigente del país. «Debemos dejar a un lado nuestras diferencias y ayudar al pueblo libanés, cuyo futuro está en juego tras la explosión que arrasó Beirut», declaró Macron en el inicio de una teleconferencia que contó la participación de países como Estados Unidos, China, Rusia, Egipto o Catar.

LAS CLAVES:

  • Objetivos. Sanidad, comida, educación y alojamiento son los cuatro puntos clave del apoyo aprobado

  • Desaparecidos. Los equipos de rescate no esperan encontrar ya personas con vida en la zona afectada

Para intentar evitar que la sombra de la corrupción amenace la reconstrucción, los donantes acordaron que la respuesta sea coordinada directamente a través de las agencias de Naciones Unidas y de organizaciones no gubernamentales. Sanidad, comida, educación y alojamiento son los cuatro puntos clave en los que se centrará el apoyo internacional.

La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, condicionó la entrega de miles de millones de dólares por parte de este organismo a que las autoridades se comprometan a llevar a cabo una serie de reformas. «Este es el momento para que los políticos actúen de forma decisiva. Estamos listos para ayudar», señaló Georgieva, quien recordó que el FMI lleva meses negociando con Beirut sin lograr que se ponga en marcha reforma alguna.

La terrible explosión del martes en el puerto de Beirut dejó 158 muertos, 6.000 heridos y cientos de miles de personas sin hogar. La investigación está abierta, pero hasta ahora todo apunta a que se trató de un accidente y los libaneses claman contra unas autoridades que permitieron almacenar 2.700 toneladas de nitrato de amonio en un almacén del puerto desde 2014. Los responsables del puerto y la aduana alertaron en seis ocasiones de la peligrosidad del material, pero nadie ordenó retíralo de allí. Diecinueve personas permanecen en arresto domiciliario.

Dimisiones

La inestabilidad en las calles, donde por la tarde volvieron a registrarse choques entre manifestantes y fuerzas de seguridad aunque de menor intensidad que los del sábado, se trasladó a un gobierno que mantuvo una reunión de urgencia y sufrió dos nuevas dimisiones. La ministra de Información, Manal Abdel Samad, decidió dejar el cargo. «Quiero pedir disculpas al pueblo libanés, cuyas aspiraciones hemos sido incapaces de cumplir debido a la dificultad y desafíos a los que nos hemos enfrentado», declaró Abdel Samad en su rueda de prensa de despedida. Poco después llegó el anuncio del responsable de Medio Ambiente, Damianos Kattar. Estas despedidas se sumaron a la del ministro de Exteriores, Nassif Hitti, quien dimitió justo un día antes de las explosiones y advirtió que Líbano estaba en el camino de convertirse en «Estado fallido».

A los problemas en el Gobierno, el primer ministro, Hasan Diab, sumó el malestar en el Parlamento donde también ocho diputados dejaron sus escaños en señal de protesta por la negligencia en el puerto. «Vamos a acribillar al Gobierno a preguntas sobre este gran crimen que ha ocurrido contra la capital y el pueblo libanés», avisó el presidente de la Cámara, Nabih Berri, tras convocar una sesión de control al Ejecutivo para el jueves. Diab maniobró el sábado, en pleno 'Día de la ira', anunciando la comvocatoria de unas elecciones parlamentarias anticipadas, una de las demandas de los manifestantes, pero después de la desgracia del puerto se recibió como un intento de ganar tiempo.

En medio de las protestas y las discusiones políticas, los equipos de rescate trabajaron una jornada más en la 'zona cero'. El jefe del batallón de ingeniería del Ejército libanés, Rojeh Khoury, compareció ante los medios para informar que a partir de ahora «la esperanza de encontrar a personas con vida ha disminuido» y anunciar que «los equipos que estaban buscando a gente con vida consideran que su trabajo ha terminado». Las labores continuarán para intentar localizar los cadáveres de los desaparecidos.

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