Raquel Martí | Directora Ejecutiva de UNRWA España
«La desaparición de Hamás sería una gran noticia para el pueblo palestino»La agencia de la ONU para Palestina defiende su papel en Gaza y espera poder canalizar una ayuda vital para detener la hambruna
Después de dos años de guerra que han dejado 68.000 palestinos muertos en Gaza, la aceptación del plan de paz propuesto por Donald Trump ... ha dado un vuelco al conflicto más enquistado de Oriente Medio. Cuando parecía que Israel se disponía a arrasar por completo la Franja y que Hamás se había resignado a morir matando, las armas han callado para dejar espacio a la diplomacia. Se entreabre ahora una ventana de esperanza que las organizaciones humanitarias esperan aprovechar para hacer llegar la ayuda humanitaria que los gazatíes necesitan desesperadamente para atajar la hambruna que ha acabado ya con la vida de varios cientos.
«No falta comida. Tenemos 6.000 camiones llenos a la espera de acceder a Gaza. Es suficiente para alimentar a dos millones de personas durante tres meses. El problema es que Israel no nos deja entrar», critica Raquel Martí, directora ejecutiva en España de UNRWA, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos, una institución que el gobierno de Benjamín Netanyahu ha puesto en la diana desde el inicio del conflicto.
- ¿Tiene esperanza en el escenario que se abre ahora?
- No queda más remedio que agarrarse a cualquier rayo de esperanza, porque la situación es sumamente desesperada e insostenible. Pero hemos vivido ya unas cuantas negociaciones en las que se ha fracasado. Ha habido dos altos el fuego a los que Israel ha puesto fin. El último que propuso Trump, y que Netanyahu aceptó, acabó al día siguiente con un ataque de Israel contra la mesa de negociaciones en Catar. Es realmente muy complicado que el actual plan llegue a buen puerto. Pero espero que esta vez pongan la buena voluntad necesaria para que fructifique. Eso sí, ahora estamos centrados en lo urgente y necesario, pero también nos preocupa el futuro de Palestina.
- ¿Qué cree que debería suceder a ese respecto?
- Hay muchas preguntas aún sin respuesta. ¿Qué va a suceder con la ocupación palestina, qué va a pasar con el bloqueo general que sufre Gaza desde 2007, y cómo se van a articular la reconstrucción y el gobierno de transición que van a imponer? Creo que hace falta hablar del fin de la ocupación israelí y proponer un plan para la creación del Estado palestino con fronteras seguras tanto para Israel como para Palestina. Y Netanyahu ya ha anunciado que se opone a eso.
-Aunque no lo recoge expresamente, los 20 puntos del plan de Trump sí apuntan en esa dirección. ¿Cree que es un plan justo?
- Pues no menciona Cisjordania. Y Palestina es Gaza y Cisjordania, incluyendo Jerusalén Este, que Israel se ha anexionado 'de facto'. Y, por otro lado, el ejército hebreo ha anunciado que seguirá ocupando una parte de Gaza aunque Hamás ha exigido que la retirada sea total. Para que un plan de paz sea justo, ambas partes tienen que sentirse perdedores. Y todavía queda por ver qué pierde Israel y qué pierde Palestina.
«Nos preocupa que se permita el matrimonio infantil, que ha aumentado muchísimo en Gaza»
«No falta comida. Tenemos 6.000 camiones preparados para alimentar a la población tres meses. Pero Israel no los deja pasar»
- ¿Qué piensa de la posible desaparición de Hamás?
- Que sería una gran noticia para el pueblo palestino. Hamás lleva controlando la Franja desde 2006. Desde entonces no ha habido unas elecciones, y la población palestina tiene derecho a elegir a sus gobernantes. No sé si tiene mucho o poco apoyo, pero Hamás está siendo muy criticado dentro de Gaza porque la situación actual se debe a sus ataques del 7 de octubre y es un grupo muy totalitario a la hora de gobernar. Ha impuesto una serie de normas con las que no todo el mundo está de acuerdo. Nosotros, por ejemplo, hemos tenido problemas con ellos debido a la situación de la mujer. Porque no podemos estar de acuerdo en que unas especialistas en derechos humanos tengan que pedir permiso a Hamás para participar en unas jornadas, que se intente segregar a niños y niñas en nuestros campamentos de verano o que se obligue a las corredoras de una maratón a taparse. Y nos preocupa que se permita el matrimonio infantil, que está aumentando muchísimo en Gaza.
- Israel, sin embargo, les ha acusado de colaborar con terroristas, de esconder bombas en escuelas y publicar libros de texto que incitan al odio.
- Es todo mentira. Mire, UNRWA cuenta con 33.000 empleados, pero no tiene un servicio de Inteligencia ni policía. Israel acusa a 12 personas de participar en una célula de Hamás, sin mostrar una sola prueba, y condena a toda la agencia. Y eso provoca que 22 países nos retiren la financiación, sin esperar a las investigaciones que han corroborado que somos neutrales. Es más, Israel ha dado siempre el visto bueno a la lista de nuestros empleados. La última la enviamos en mayo de 2023 y no pusieron pega alguna. Además, después hemos sido nosotros mismos los que hemos denunciado la construcción de túneles bajo nuestras escuelas, a las que no podemos acceder. En el caso de los polémicos libros de texto, es cierto que hay contenidos cuestionables y con los que no estamos de acuerdo, pero se obvia que nosotros no tenemos mandato para cambiar el currículo que establece la Autoridad Palestina y en el que Hamás tampoco entra porque no tiene presupuesto para ello. No redactamos nosotros los libros, pero Israel tiene una estrategia para criminalizar a UNRWA y para acabar con ella.
- ¿Está cometiendo Israel un genocidio en Gaza?
- Técnicamente, para responder a eso hay que esperar a que haya una sentencia de la Corte Internacional de Justicia, que está investigando el caso a petición de Sudáfrica. Que haya admitido la denuncia ya demuestra que hay bastante información que apunta en esa dirección. Y, por otro lado, una comisión independiente de Naciones Unidas ha concluido que Israel está cometiendo un genocidio. Es una opinión que comparten muchos expertos. Por ejemplo, la Asociación de Académicos por el Genocidio, que incluye a judíos especializados en la materia, también han llegado a esa misma opinión. En cualquier caso, este debate no puede hacer que nos quedemos de brazos cruzados, porque sabemos que hay al menos 67.000 muertos y puede que sean muchos miles más bajo los escombros. Así que hay que hacer todo lo posible para que no se produzca un genocidio o se deje de producir. Y no se está haciendo.
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