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Naftali Bennett EFE
Bennett destrona a Netanyahu y hereda un Israel dividido

Bennett destrona a Netanyahu y hereda un Israel dividido

El gobierno número 36 del Estado judío llega después de que el país celebrara cuatro elecciones en menos de dos años

mikel ayestarán

Jerusalén

Domingo, 13 de junio 2021, 19:23

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Naftali Bennett es el nuevo primer ministro de Israel tras una tensa jornada en la que el parlamento ratificó el gobierno del cambio formado por ocho partidos entre los gritos e insultos diputados ultranacionalistas. La votación acabó con 60 votos a favor y 59 en contra. La coalición del cambio, que va desde la extrema derecha hasta el partido islamista, cumplió con un pacto que pone fin al mandato de doce años de Benjamín Netanyahu y abre la puerta a una nueva era. Bennett, ex empresario y ex líder de los colonos de Israel, de 49 años, será la cabeza de un gobierno rotatorio que en el plazo de dos años pasará a manos del centrista Yair Lapid, que hasta entonces será ministro de Exteriores. Netanyahu anunció que pasará a liderar la oposición con el objetivo de «derribar este mal gobierno lo antes posible».

El gobierno número 36 del Estado judío llega después de que el país celebrara cuatro elecciones en menos de dos años. Lapid fue el responsable de desbloquear la situación con un pacto anti Netanyahu que ha unido a ocho partidos en una coalición que contará con 27 ministros, nueve de ellos mujeres. Pese a los reproches diarios y a la mala relación personal, Bennett no quiere fisuras en la seguridad y, según reveló el analista Barak David, pidió al asesor de seguridad nacional de Netanyahu, Meir Ben Shabbat, que se mantenga en su puesto durante la fase de transición. Una de las primeras cosas que hará Bennett tras jurar el cargo será recibir un informe detallado de los servicios de inteligencia.

Discursos entre gritos

El parlamento fue el centro de atención durante toda la jornada. Bennett fue el primero en dirigirse a la cámara, pero le costó empezar a hablar debido a los gritos de diputados radicales de Sionismo Religioso como Itamar Ben Gvir, que finalmente fue expulsado de la sala. Parlamentarios del Likud también interrumpieron al líder de Yamina al grito de «vergüenza» o «mentiroso». Bennett decidió acortar su discurso, arrancó dando las gracias a su antecesor y ex mentor, Netanyahu, «por todos sus logros al servicio de Israel», se presentó como un primer ministro «para todos los israelíes» y adelantó que «Israel no permitirá que Irán consiga el arma atómica».

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El tono conciliador de quien se sabía ganador en el voto de confianza, contrastó con el tono desafiante de un dolido Netanyahu quien adelantó que «si nuestro destino es estar en la oposición, lo haremos con la frente en alto, haremos caer a este mal gobierno y volveremos a dirigir al país a nuestra manera (...) ¡Volveremos pronto!« Calificó al partido de Bennett de «falsa derecha» y respondió a sus palabras sobre Irán diciendo que la república islámica «celebra la nueva coalición porque percibe que ahora hay un gobierno más débil».

Fiesta a las puertas

Mientras los dos grandes protagonistas del día cruzaban discursos y miradas, a las puertas del parlamento los detractores de Netanyahu montaron una fiesta de despedida en la que no paró de sonar la música desde el inicio de la sesión parlamentaria. «Empieza una nueva era y usando el eslogan de Trump pido a Bennett que haga Israel grande nuevo, que acabe con la fuerte división interna y acabe con las maneras dictatoriales de un líder corrupto como Netanyahu», en palabras de Ido, joven que ha participado en las movilizaciones anti Netanyahu de los últimos meses.

Fue una fiesta con un ojo de manera permanente en el móvil para conocer la marcha de la votación. «Hay que cruzar los dedos y esperar que ningún diputado cambie el sentido del voto. En mi vida apoyaría a Bennett en unas elecciones, pero al menos es un político no corrupto y que ha llegado hasta el poder a través de medios democráticos, vamos a darle una oportunidad», confesaba una excitada Karem, que llevaba una pancarta en la que se podía leer «hoy es el final del comienzo».

A pocos metros, separados por un fuerte cordón policial, una decena de seguidores de Netanyahu acudieron a mostrarle su apoyo en esta jornada de derrota. Bandera nacional en mano, no se cansaron de llamar «traidor» a su nuevo primer ministro. En el Muro de los Lamentos de la Ciudad Santa los seguidores de los partidos ultraortodoxos organizaron una plegaria contra el gobierno de coalición, que es mayoritariamente secular. Bennett hereda un país roto por los últimos doce años de Netanyahu.

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