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El periodista ruso Dmitry Murátov.
El Nobel de la Paz ruso subasta su medalla por 98 millones para Ucrania

El Nobel de la Paz ruso subasta su medalla por 98 millones para Ucrania

La condecoración del periodista Dmitry Murátov alcanzó una cifra récord para esa pieza; la cuantía irá a parar íntegramente a los niños ucranianos

J. M.

Martes, 21 de junio 2022, 12:15

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El periodista ruso Dmitry Murátov ha logrado recaudar cerca de cien millones de euros con la subasta de la medalla que le acredita como Premio Nobel de la Paz 2021. La presea fue vendida el lunes en Nueva York y recaudó la cantidad récord de 103,5 millones de dólares (98,3 millones de euros), que irán íntegramente destinados a Unicef para ayudar a los niños ucranianos.

La puja, que fue conducida por la casa Heritage de subastas, duró 20 minutos, en los que el precio de la medalla subió de 787.000 dólares hasta los 15 millones, cuando de pronto un comprador anónimo comunicó por teléfono que pagaba 103,5 millones de dólares, poniendo fin a la venta.

Iba por 15 millones cuando un comprador anónimo hizo la gigantesca oferta de 103,5 millones de dólares y se cerró la puja

Aunque otras medallas ganadas por premios Nobel han sido vendidas o subastadas en el pasado, nunca ninguna llegó a alcanzar ni siquiera la décima parte de esa cantidad, y de hecho la medalla más cara se había venido por 4,76 millones de dólares en 2014.

La casa Heritage renunció a cobrar las tasas que se acostumbran en las subastas, por lo que el importe completo irá destinado a Unicef.

Murátov, fundador y director del último periódico disidente ruso, 'Novaya Gazeta', fundado en 1993 y hoy cerrado, fue uno de los laureados con el Premio Nobel de la Paz en 2021. A él y a la periodista filipina, María Ressa, se les galardonó por «su lucha valiente por la libertad de expresión y sus esfuerzos por defender la libertad de opinión, condición indispensable para la democracia y la paz».

El periodista, invitado a la subasta, recordó que de los 16 millones de refugiados ucranianos, un 40% son niños, o que dos tercios de los niños ucranianos han tenido que dejar sus hogares, algo que, según afirmó, jamás había sucedido en un conflicto en tan poco tiempo.

El Nobel de la Paz puso como ejemplo un niño ucraniano que se encontró en Rusia y que le pidió dinero «para poder recargar el teléfono con el que llamar a su madre en Ucrania», y pidió a la audiencia que se pusieran por un momento en su lugar.

Murátov lleva años destacándose en Rusia como un luchador incansable por la libertad de expresión. El periódico que dirige ha publicado artículos sobre temas que van «desde la corrupción, la violencia policial y los arrestos ilegales hasta el uso de tropas rusas fuera del país». En los casi 30 años de existencia del periódico, «seis de sus periodistas fueron asesinados, incluida Anna Politkóvskaya», de cuya muerte se han cumplido 15 años.

Pese a las numerosas amenazas de las que fue objeto, Murátov defendió con tesón el derecho de los periodistas a cubrir temas críticos. «Me causa hasta risa. No lo esperaba en absoluto. Vi una llamada en el móvil desde Noruega, pero pensé que había sido un error», dijo Murátov al recibir la medalla sueca.

Según sus palabras, «todo lo que puedo decir es que nos toca a nosotros asumir el peso del premio, pero en realidad le corresponde al periodismo ruso en su conjunto, que ahora están tratando de reprimir. Intentaremos ayudar a los informadores que están siendo catalogados como agentes extranjeros y se están pudriendo y a los que están siendo expulsados del país». En el Kremlin, no obstante, se han congratulado del hecho de que el Nobel de la Paz haya recaído sobre el director de 'Nóvaya Gazeta'.

Murátov es el tercer ruso en recibir el Premio Nobel de la Paz. Antes de él, le fue impuesto al académico, Andréi Sájarov y al expresidente soviético, Mijaíl Gorbachov.

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