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Román Protasévich graba un vídeo desde la cárcel. REUTERS
La muerte de un activista bielorruso hace temer que Protasévich corra la misma suerte

La muerte de un activista bielorruso hace temer que Protasévich corra la misma suerte

Los padres del periodista detenido el pasado domingo piden ayuda a la comunidad internacional posible para salvar la vida a su hijo

rafael m. mañueco

Corresponsal. Moscú

Jueves, 27 de mayo 2021, 21:04

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El miércoles se celebró el funeral de Vitold Ashurok, un activista bielorruso de 50 años que cumplía una condena de cinco años de prisión por participar en las protestas del año pasado contra el dictador Alexánder Lukashenko. Aunque oficialmente falleció por un paro cardiaco, la oposición y Olga Bikóvskaya, su compañera, creen que fue torturado y asesinado en la cárcel.

Lo sucedido con Ashurok ha alarmado profundamente a Natalia Protasévich, la madre de Román, el bloguero detenido el domingo después de que Lukashenko se inventara una historia sobre una supuesta alerta de bomba para forzar el aterrizaje en el aeropuerto de Minsk del avión en el que viajaba.

Natalia ha hecho un llamamiento pidiendo toda la ayuda internacional posible para salvar la vida a su hijo. «Hemos visto que Román tenía en la cara trazas de haber sido golpeado. Mostraba el rostro hinchado y parece que tenía algún diente roto». Según sus palabras, «los médicos se han percatado también de que en el cuello tenía marcas de estrangulamiento».

Llegado a este punto e incapaz de contener las lágrimas, Natalia Protasévich ha pedido ayuda a la comunidad internacional, a la prensa en general, para impedir que su hijo acabe como Ashurok. «Sí, mi hijo es un periodista, un único periodista, pero, por favor, pido ayuda a todo el mundo, cuenten lo que está pasando porque le van a matar, le van a matar».

Los padres de Román Protasévich piden ayuda a la comunidad internacional. REUTERS

Expertos rusos creen que, para cortar de raíz las protestas, Lukashenko se ha propuesto instalar un régimen de terror absoluto. Demostrar que está dispuesto a forzar aterrizajes para arrestar a opositores o que los carceleros se emplearán a fondo con los más díscolos, torturándolos o incluso asesinándolos.

Y es que el caso de Vitold Ashurok han conmovido a la oposición bielorrusa justo cuando todos los ojos están puestos en lo que pueda suceder con Protasévich. «La gente no está solo sufriendo en Bielorrusia, sino muriendo a causa del régimen de Lukashenko», escribía este jueves en Twitter la líder de la oposición en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya.

Ashurok cumplía condena en la colonia penitenciaria de Shklovsk, en la región de Moguiliov. De su muerte se supo el 21 de mayo y la versión oficial fue «paro cardiaco». Según sus parientes, durante las últimas dos semanas no habían recibido cartas del preso, y nunca antes se había quejado de problemas cardiacos.

La familia no recibió el cuerpo de Ashurok hasta el pasado martes 25 de mayo. Tenía la cabeza cubierta con un vendaje hasta la boca. El mismo martes, el Comité de Instrucción de Bielorrusia publicó un vídeo en el que, supuestamente Ashurok de espaldas a las cámaras casi todo el tiempo, primero se cae y se golpea la cabeza, luego los médicos le auxilian, después se queda solo y vuelve a caer al suelo de nuevo, después de lo cual ya no recupera el conocimiento.

Pero Olga Bikóvskaya, periodista y amiga de Ashurok, sostiene en declaraciones a la revista rusa «Nóvaya Gazeta» que ella y los familiares desconfían del vídeo. A su juicio, «el que aparece en el vídeo de espaldas no es Vitold, no se parece mucho a él. El peinado de la persona en el vídeo también es diferente y la forma de la cabeza». «Me gustaría señalar que, después de todo, cuando una persona se cae y pierde el conocimiento, el tipo de ayuda médica que necesita es otro, necesita que lo lleven al hospital». afirma Bikóvskaya. Según sus palabras, «el problema es que en Bielorrusia en estos casos no se estila llevar a cabo una auditoría independiente de los hechos».

Desde el comienzo de las movilizaciones en contra del fraude electoral perpetrado por Lukashenko en los comicios del 9 de agosto de 2020. en los que la oposición da por hecho que la ganadora fue Tijanóvskaya. Ashurok fue detenido en varias ocasiones. Fue en septiembre cuando se le abrió una causa penal por participar en protestas no autorizadas y agredir a un policía. El juicio se celebró a puerta cerrada y, a comienzos de enero, fue condenado a cinco años de cárcel. Coordinaba en la ciudad de Grodno el llamado Movimiento por la Libertad.

Pero los detenidos y represaliados en todo el país se cuentan por miles. El martes pasado, el dirigente de un partido opositor en Bielorrusia, Pável Severinets, y otros seis activistas fueron condenados a penas de entre 4 y 7 años de prisión. La organización humanitaria Viasna ha denunciado que, solamente en abril, 98 opositores fueron condenados a penas que sumaron 205 años de cárcel. Según Viasna, hay 360 presos políticos en los centros de detención del país, 196 de los cuales han sido sentenciados.

María Kolésnikova, uno de los tres rostros femeninos visibles al comienzo de la campaña a favor de Tijanóvskaya, acaba de ser acusada formalmente de conspiración para tomar el poder, promover acciones contra la seguridad nacional, y crear y dirigir un grupo extremista, cargos por los que podría ser condenada a 12 años de prisión.

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