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Guillermo Ximenis (Efe) / Manchester
Martes, 1 de octubre 2019, 20:57
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En el congreso anual de los tories, que se celebra en Manchester (norte de Inglaterra), la ministra de Interior, Priti Patel, y el de Justicia, Robert Buckland, recalcaron este martes que la seguridad y la mano dura contra la delincuencia serán a partir de ahora, junto con el brexit, uno de los focos del ideario conservador.
"Estamos renovando nuestro espacio como el partido de la ley y el orden en el Reino Unido", dijo Patel ante centenares de afiliados del partido, frente a quienes lanzó también un mensaje dirigido "a los delincuentes": "Vamos a por vosotros", exclamó.
La ofensiva "tory" contra el crimen incluye la contratación de 20.000 nuevos policías en tres años y una reforma legal para que los condenados por delitos violentos y sexuales cumplan más tiempo de su pena antes de salir de prisión.
En cuanto a la inmigración, Patel confirmó que el Gobierno tiene intención de "acabar con la libre circulación de personas de una vez por todas" tras el brexit e instaurar un "sistema de puntos" similar al de Australia para valorar las peticiones de residencia y trabajo.
Uno de los objetivos del congreso de Manchester es perfilar los elementos que incluiría un programa electoral conservador, dado que el bloqueo que atraviesa el proceso de salida de la Unión Europea puede abocar al Reino Unido a unas elecciones anticipadas antes de final de año.
Johnson continúa tratando de negociar un nuevo acuerdo con Bruselas, pero si el diálogo no fructifica antes del 19 de octubre se activará una ley para obligarle a pedir una nueva prórroga a la salida de la UE.
Mientras siguen los contactos entre ambos lados del canal de la Mancha, la televisión pública irlandesa ha filtrado un documento que detalla una supuesta propuesta de Londres para sortear la controvertida salvaguarda para el Úlster, el principal escollo en el diálogo.
Según ese documento, el Gobierno británico quiere establecer controles aduaneros a diez millas (unos 16 kilómetros) de la frontera entre la República de Irlanda y la región británica de Irlanda del Norte.
Dublín ha rechazado de plano esa propuesta, mientras que Johnson se apresuró a aclarar en una entrevista con la BBC que el documento aireado es antiguo y no refleja la postura actual de su Gobierno.
El primer ministro avanzó que planea enviar proposiciones actualizadas a Bruselas en los próximos días para tratar de desencallar las negociaciones.
"Vamos a hacer una muy buena oferta y la vamos a poner sobre la mesa muy pronto", avanzó Johnson.
Advirtió, sin embargo, de que su plan puede estar aún alejado de las pretensiones de la Unión Europea, que quiere que el Úlster siga en el mercado único tras el brexit de manera indefinida para evitar una aduana mientras no se encuentre una solución alternativa, como un acuerdo de libre comercio entre el Reino Unido y la UE.
"Hay dificultades para intentar mantener a Irlanda del Norte en la unión aduanera (de la UE) porque una de las cuestiones básicas que implica ser un país es que tienes un solo perímetro fronterizo", comentó Johnson en una entrevista.
Para el primer ministro, la "realidad" obliga a que haya algún tipo de controles en Irlanda.
Desde la oposición, el líder en la Cámara de los Comunes del Partido Nacionalista Escocés (SNP), Ian Blackford, considera que el tipo de propuestas que está enviando Londres a Bruselas demuestran que Johnson "no habla en serio cuando dice que quiere un acuerdo" y que su objetivo es, en cambio, arrojar al Reino Unido por el "acantilado" de un brexit abrupto.
En caso de que no se ratifique un pacto, Johnson insiste en que no retrasará el brexit más allá de este mes, aunque el Parlamento ha aprobado una ley para forzarle a hacerlo.
En los últimos días han surgido diversas especulaciones sobre las vías que puede explorar el Gobierno para evitar solicitar la prórroga que le exigirá la ley si no aprueba un tratado.
El líder de los conservadores en la Cámara de los Comunes, Jacob Rees-Mogg, sugirió hoy una nueva posibilidad. En su opinión, la ley europea que fija la fecha de salida del Reino Unido en el 31 de octubre tiene preeminencia sobre la norma británica que obliga a pedir una extensión.
Según esa interpretación, el Gobierno británico estaría legitimado a seguir adelante con un brexit no negociado pese a la ley para evitar ese escenario que impulsó la oposición a principios de septiembre. EFE
gx/ad/jrr
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