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La protesta contra la reforma de las pensiones pierde fuerza en Rusia

La protesta contra la reforma de las pensiones pierde fuerza en Rusia

Miles de personas protestaron este domingo en Moscú contra la reforma de las pensiones, pero fueron muchas menos de las que esperaban reunir los partidarios del líder opositor Alexéi Navalni, en una jornada que coincidió con elecciones locales y regionales por toda Rusia, incluida la capital del país.

Arturo Escarda (Efe) / Moscú

Jueves, 1 de enero 1970

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Quizás fue por el día soleado y caluroso, excepcional a estas alturas del año, o que la gente ha asumido que la polémica reforma no tiene marcha atrás, pero lo cierto es que el poder de convocatoria de Navalni se ha revelado muy debilitado en comparación con otras manifestaciones en un pasado más o menos reciente.

Analistas políticos opositores admitieron que el mensaje que dirigió hace poco a la nación el presidente de Rusia, Vladímir Putin, hizo ver a la gente que la reforma de las pensiones, que eleva la edad de jubilación desde los 60 a 65 años para los hombres y desde los 55 a los 60 para las mujeres, será aprobada pese a su impopularidad.

Así las cosas, a la convocatoria de Navalni, que buscaba subir el grado de protesta al hacer coincidir las manifestaciones con las elecciones, respondieron principalmente sus partidarios más incondicionales, sobre todo gente muy joven dispuesta a salir a la calle con cualquier pretexto para expresar su rotundo rechazo al Kremlin.

Tras reunirse en la plaza Púshkinskaya de Moscú, los participantes recorrieron la céntrica calle Tverskaya hasta llegar a las inmediaciones de la Duma del Estado (cámara baja del Parlamento), muy cerca de la Plaza Roja, donde la policía hizo uso de la fuerza contra algunos de ellos para impedir que la columna siguiera avanzando.

Fotografías y vídeos publicados por medios opositores muestran varios episodios en los que agentes antidisturbios golpean con sus porras a los manifestantes.

Las fuerzas de seguridad, que advirtieron por megafonía sobre la ilegalidad de la marcha, desautorizada por las autoridades de la capital, también detuvieron a algunos manifestantes.

Asimismo, se produjeron arrestos en otras muchas ciudades de toda Rusia en las que tienen lugar este domingo las protestas convocadas por Navalni.

El medio opositor OVD-Info, especializado en hacer seguimiento de las persecuciones políticas en Rusia, cifró en al menos 300 las detenciones en todo el país, la mayoría en las ciudades de Yekaterimburgo, Omsk, Krasnodar y San Petersburgo.

Opositor en la cárcel

Navalni no pudo participar en la protesta al encontrarse en prisión, donde cumple desde el pasado 27 de agosto un arresto de 30 días por organizar a principios de año una manifestación no autorizada contra el Kremlin en la que participaron decenas de miles de personas.

Hace justo ahora cinco años, el líder opositor se hacía con el 27 por ciento de los votos en las elecciones a la alcaldía de Moscú, que hoy vuelven a celebrarse ya sin su candidatura.

Poco después de lograr un resultado histórico para la oposición extraparlamentaria en la Rusia de Putin, Navalni fue inhabilitado para participar en los procesos electorales por sus antecedentes penales, tras ser condenado en una investigación calificada de persecución política por la comunidad internacional.

Además de Moscú, otras veinticinco regiones de Rusia celebraron este domingo votaciones a gobernador, entre otros numerosos procesos electorales regionales y municipales, que incluyen los comicios para designar diputados a los órganos legislativos de dieciséis regiones.

Pese a todo, la inexistente campaña electoral ha pasado desapercibida para la opinión pública internacional, a diferencia de las protestas contra la reforma de las pensiones.

Oficialistas

La Comisión Electoral Central (CEC) de Rusia da datos sobre la diversidad y cantidad de candidatos en los distintos comicios, tratando de argumentar que la política rusa está viva y es altamente competitiva, pero lo cierto es que, salvo contadas excepciones, las elecciones las ganan siempre los candidatos oficialistas.

De los veintidós comicios a gobernador de este año, tan sólo siete se celebran tras acabarse los mandatos.

Nada menos que quince gobernadores han dimitido de sus cargos desde 2017 y, como señalan los analistas, casi siempre lo hicieron por "recomendación" del Kremlin.

De esta forma, dos tercios de todas las elecciones a gobernador que se celebran hoy son adelantadas y los candidatos que se presentan por el oficialismo fueron nombrados jefes regionales en funciones por el presidente ruso.

Putin, quien en 2004 liquidó las elecciones a gobernador, las recuperó en 2012, después de las protestas populares más multitudinarias que vivió Rusia desde la caída de la Unión Soviética en 1991, pero se reservó el derecho de destituir a los dirigentes regionales por pérdida de confianza.

La población da por decididos los resultados de los comicios y responde con niveles de participación muy bajos, por lo que los esfuerzos de las autoridades durante la campaña electoral estuvieron sobre todo dirigidos a llamar a los ciudadanos a las urnas.

Transcurrida la mitad de la jornada electoral, sólo el 17,8 % de los votantes moscovitas había acudido a los colegios electorales para designar a su alcalde.

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