Alfombra roja en Alaska
Una vez más el presidente de EE UU se ha quitado de en medio en cuanto ha comprobado la determinación del dictador ruso, hacia el que siente una cercanía personal preocupante
José María de Areilza
Sábado, 16 de agosto 2025, 08:29
El esperado encuentro entre Donald Trump y Vladímir Putin en Alaska ha confirmado los peores presagios de los ucranianos. Los dos presidentes no han llegado ... a ningún acuerdo sobre un alto el fuego y la invasión rusa continúa. Putin no tiene incentivos para negociar nada distinto de una victoria. Su objetivo de convertir el país vecino en un territorio vasallo o un Estado fallido sigue intacto. No acepta la vaga propuesta de Trump de frenar su ofensiva y pactar un reparto territorial, basado en el control efectivo sobre las provincias ucranianas invadidas, porque aspira a conseguir mucho más.
Una vez más el presidente de EE UU se ha quitado de en medio en cuanto ha comprobado la determinación del dictador ruso, hacia el que siente una cercanía personal preocupante. Lo ha agasajado en la base militar de Anchorage como si fuera un viejo amigo. Ha puesto una alfombra roja en los pies de su avión, le ha dedicado un aplauso mientras caminaba hacia él y le ha invitado a subir a su coche blindado, en un gesto muy infrecuente. En la conferencia de prensa le ha mostrado una cordialidad y deferencia fuera de lo común. Putin ha confirmado ante los medios que no hubiera invadido Ucrania con Trump en la Casa Blanca, un brindis al nublado sol de Alaska, y lo ha invitado a seguir las conversaciones en Moscú, a lo que su anfitrión no se ha negado.
Por si fuera poco, al terminar la reunión, Trump ha declarado que la responsabilidad de terminar la guerra es del gobierno de Kiev, con la ayuda de los europeos. Ha recomendado a Zelenski llegar a un pacto con Moscú, con la advertencia de que la «máquina de guerra» rusa es muy grande. Ha descartado por ahora aumentar las sanciones económicas a Rusia o castigar a China por importar su petróleo y gas.
La interpretación de la reunión que ha hecho Putin es previsible: existe un principio de acuerdo para para restaurar con una mentalidad pragmática las relaciones entre Rusia y EE UU. Ha viajado a Alaska rodeado de empresarios de su país, para que quedase clara su disposición a hacer negocios con el líder estadounidense.
Con esta cumbre, el aislamiento internacional de Putin que intentan Ucrania y sus aliados se ha venido abajo. Trump ha creado una expectativa de alto el fuego y negociaciones de paz, ha pinchado en hueso y se desentiende del problema. Pero el dictador ruso sale fortalecido ante los países no alineados con Occidente. Es capaz de tratar de tú a tú al presidente de EE UU y consigue proyectar la imagen de líder de una gran potencia.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión