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Rishi Sunak, antes de entrar en el 10 de Downing Street. EFE

Sunak reconoce que ha habido «errores» y promete un Gobierno «íntegro y responsable»

El primer ministro marca diferencias con Boris Johnson y Liz Truss con el fin de demostrar su legitimidad para ocupar el cargo, en contra de la opinión de los laboristas

Iñigo Gurruchaga

Corresponsal. Londres

Martes, 25 de octubre 2022

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El nuevo primer ministro británico, Rishi Sunak, ha nombrado un Gabinete con ministros que le apoyaron, 'johnsonistas' y otros promovidos por Liz Truss, para preservar la unidad del grupo parlamentario. Diputados que asistieron a la reunión a puerta cerrada del grupo tras su elección, el lunes, ya informaron de que su mensaje fue que el partido se enfrenta a la alternativa entre «unidad o morir».

También prometió estabilidad, y su principal decisión en el contexto actual de las finanzas pública ha sido mantener a Jeremy Hunt como ministro de Economía. Los intereses de los bonos del Estado ya han bajado al nivel que tenían antes de la incendiaria reducción de impuestos por Truss. Hunt presentará un presupuesto de ingresos y gastos el lunes, tras derogar gran parte del plan de Truss.

El nombramiento de Suella Braverman como ministra de Interior será criticado. Hace una semana dimitió como responsable de Interior por enviar documentos confidenciales desde su correo electrónico privado. Su respaldo público estimuló el apoyo de la derecha a Sunak En la última conferencia conservadora, Braverman afirmó que su «sueño» es consumar el primer envío de inmigrantes y refugiados a Ruanda, cuya legalidad está pendiente de los tribunales.

Otro valedor de su candidatura, Dominic Raab, regresa al puesto que ocupó en el Gabinete de Johnson, viceprimer ministro y ministro de Justicia. Raab y Braverman comparten la ambición de anular la obligatoriedad de cumplir las decisiones del Tribunal de Derechos Humanos, que aplica la Convención Europea. Es una política muy criticada y quizás incompatible con el Acuerdo de Viernes Santo, de Irlanda del Norte.

Sunak ha comenzado su mandato en un momento social delicado sonriendo poco y con austeridad retórica. Entró este martes en el 10 de Downing Street solo, sin su esposa, marcando un corte en la costumbre reciente. Antes de entrar, remachó sus promesas de estos días: laboriosidad y un Gobierno «íntegro, profesional y responsable a todos los niveles». En su primer acto ha dado prioridad a la gestión del grupo parlamentario. Y ha nombrado a seis mujeres en un Gabinete de 22.

El nuevo primer ministro trazó las líneas que le separan de sus predecesores en sus primeras palabras como jefe de Gobierno, antes de entrar en la residencia oficial. Aunque elogió a Lizz Truss por su empeño en promover el crecimiento económico, puntualizó que se cometieron errores y que una de sus tareas ante la «profunda crisis económica» es repararlos.

Legitimidad

Desplegó también su primer argumento ante una acusación de los partidos de la oposición: que no tiene legitimidad sin someterse al juicio del electorado. Boris Johnson avaló el argumento, durante su fallido intento de regresar a Downing Street, porque él estaba mejor capacitado que los otros candidatos para rechazar esa demanda de nuevas elecciones. Él ganó las últimas, en diciembre de 2019.

Tanto Truss como Johnson han expresado su apoyo a Sunak, pero su sinceridad será comprobada con el paso del tiempo. El nuevo primer ministro elogió sin nombrarlos «los increíbles logros» de Johnson, pero apuntó que la victoria de 2019 pertenece a todos los conservadores. Se comprometió a cumplir las promesas más vagas del programa electoral: mejorar las escuelas y los hospitales, seguridad en las calles, control de las fronteras,...

Rishi Sunak recibió en la mañana de este martes la petición del rey Carlos III para formar un Gobierno. Es la manera protocolaria habitual en la monarquía constitucional británica. En la realidad, Sunak es primer ministro porque, como se demostró este lunes en las elecciones de nuevo líder, tiene el apoyo de diputados del Partido Conservador, con mayoría de 71 escaños en la Cámara de los Comunes.

Tras ser elegido en el día en el que comenzaba Diwali, o 'fiesta de las luces' del hinduismo, es el primer jefe de Gobierno en el reinado de Carlos III, que en su tiempo como Príncipe de Gales promovió las relaciones entre diferentes culturas y religiones. Se ha afirmado durante años que en su coronación, que tendrá lugar en mayo, añadirá al tradicional juramento de ser Defensor de la Fe anglicana un compromiso de defender a todas las fes.

En el ir y venir entre palacio y Downing Street que se da con los cambios de primer ministro, Liz Truss fue a despedirse de Carlos III y pronunció un discurso ante el portal del número 10. «Ha sido un enorme honor ser primera ministra de este país y, en particular, liderar a la nación en el duelo por la muerte de la reina Isabel» y «en la bienvenida a la accesión del rey», dijo.

Aunque fue repudiada por su partido 45 días después de su nominación, pronunció un discurso reivindicativo de sus ideas y de su periodo de gobernación. Tras ese tiempo, el más breve en la historia de los jefes de Gobierno británicos, Truss queda «más convencida que nunca de que necesitamos ser atrevidos». No expresó lamento por haber favorecido una crisis financiera.

Truss afirma en su despedida que «los mejores días están por venir»

La primera ministra saliente del Reino Unido, Liz Truss, reconoció este martes su «breve» paso por la jefatura de Gobierno en el Reino Unido, aunque defendió su gestión y las medidas «urgentes» y «decididas» que le costaron el puesto. La ex 'premier' ofreció un discurso en el exterior del número 10 de Downing Street, donde la expectación era máxima. Numerosos periodistas aguardaban en la calle a la ya exdirigente conservadora, quien deseó a su sucesor, Rishi Sunak «todos los éxitos» por el «bien del país».Truss aprovechó para destacar que su objetivo durante su efímero mandato ha sido el de favorecer a las familias y las empresas en tiempos «perversos», por ejemplo, mediante un descenso de la factura energética. También reivindicó su propuesta de reforma fiscal -a la postre detonante de su salida- y de bajar los impuestos «para que los ciudadanos puedan tener el dinero que ganan». Antes de la despedida, se mostró optimista sobre la resolución de la crisis: «Seguimos capeando la tormenta, pero creo en el Reino Unido, en el pueblo británico, y sé que los mejores días están por venir». (Por E. C.)

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