Putin pierde influencia en el mundo árabe
La cumbre rusa sobre Oriente Medio se celebra marcada por las ausencias de países clave y por el éxito de Trump en el conflicto de Gaza
Álex Bustos
Corresponsal. Moscú
Miércoles, 15 de octubre 2025, 17:53
Rusia esperaba que la cumbre ruso-árabe convocada este lunes iba a servir para afianzar los intereses de Moscú en Oriente Medio. Estaban invitados los ... líderes de hasta 22 países, entre ellos Emiratos Árabes Unidos, Egipto y Arabia Saudí, pero la mayoría se ausentó. Desgraciadamente para el Kremlin, el plan de paz del presidente estadounidense, Donald Trump, ha aguado sus intenciones y finalmente sólo el mandatario sirio Ahmed al-Sharaa y el jefe de la Liga Árabe, Ahmed Aboul Gheit, se presentaron en la capital rusa.
Ya el 10 de octubre, el presidente ruso, Vladímir Putin, dijo que contemplaba posponer la cumbre . «No queremos interferir» en el acuerdo de paz de Trump, declaró el exagente del KGB. Uno de sus asesores, Yuri Ushakov, desveló este lunes a periodistas rusos que está previsto que se celebre otra cumbre ruso-árabe en noviembre, sin precisar el día exacto del evento. El mismo Ushakov señaló que la nueva fecha «depende de cómo funcione el plan de Trump».
En Sharm el-Sheij (Egipto), Trump ha opacado a Putin con la firma del acuerdo de alto al fuego entre Israel y Hamás. En esa ceremonia figuraron como mediadores los líderes de Egipto (Abdel Fattah Al-Sisi), Catar (Sheikh Tamim bin Hamad Al Thani) y Turquía (Recep Tayyip Erdogan). Hubo, además, dirigentes de países como Palestina, Jordania, Francia, el Reino Unido, Alemania, España, Italia, Grecia, Hungría, Canadá, Armenia, Azerbaiyán, Kuwait, Bahrain, Indonesia, Pakistán, Chipre, Noruega, Irak, Canadá, Omán, India y Japón, así como líderes de organizaciones supranacionales como António Costa (Presidente del Consejo Europeo), António Guterres (Secretario General de la ONU) y Abdul Aboul Gheit (Secretario General de la Liga Árabe).
El fiasco es considerable para Moscú, que ha perdido influencia en Oriente Medio en beneficio de Estados Unidos. Según expertos citados por medios como 'The Guardian', la ausencia de Rusia en la cita de Egipto evidencia su pérdida de poder en esta parte del planeta, donde Moscú siempre ha sido un contrapeso a Occidente, como sucede aún en Irán, Argelia, Omán y Emiratos Árabes Unidos. Antes de finales de 2024 Siria era su mejor aliado en Oriente Medio. Eso se acabó cuando las fuerzas rebeldes comandadas por Ahmed al Sharaa derrocaron a Bashar al Assad, fiel a Moscú.
Siria exige a Moscú poder juzgar al derrocado Al Assad, que vive ahora en la capital rusa
Tras su caída, el peso de Rusia en el país ha disminuido, aunque Moscú espera poder conservar al menos sus bases allí. Lejos quedan los tiempos de la antigua Unión Soviética (URSS), que mantuvo grandes relaciones con Egipto, Yemen del Sur e Irak.
Vínculo con Damasco
Precisamente, Al Sharaa fue uno de los pocos dirigentes que se presentó este lunes en Moscú. Es la primera vez tras su llegada la presidencia del país y la huida de Bashar Al-Assad que un mandatario de este país visita el Kremlin. Entre las peticiones que el actual presidente interino de Siria tenía para Putin, estaba la extradición de su antecesor en el cargo por «crímenes contra los sirios». No se ha hecho pública la decisión de Moscú. Más allá de este asunto, la principal intención del líder árabe era «reiniciar las relaciones con Rusia», apuntó tras la reunión.
«Estamos haciendo esfuerzos para desarrollar nuestros objetivos políticos y entendemos que, como ya he señalado, estamos unidos por lazos históricos. Rusia tendrá un papel importante en este proceso», destacó. Por su parte, Putin reforzó su apuesta por la colaboración entre ambos países. «En Rusia, nunca hemos tenido un enfoque hacia Siria relacionado con una coyuntura política o intereses especiales. A lo largo de estas décadas, nos hemos guiado por los intereses del pueblo sirio», aseguró.
Desde que se vio obligado a dejar el poder, Al Assad ha vivido junto al resto de su familia en Moscú con el beneplácito de Putin. Disfrutan de un asilo dorado en un piso de lujo de más de 300 metros cuadrados en Moscow City, el distrito financiero ruso. En estos rascacielos, la familia Al Assad tiene unos 20 apartamentos más valorados en más de 30 millones de euros.
Las actuales autoridades sirias exigen poder juzgarle. Es la condición para permitir que Rusia conserve su presencia militar en el país árabe. Para Moscú, tener efectivos en Siria es clave, porque la base aérea de Jmeimim y la naval de Tartús son su única presencia en el Mar Mediterráneo. Tartús es uno de los pocos puertos útiles para la marina rusa situados en un mar cálido, algo vital para un país en el que algunos de sus mayores puntos de atraque permanecen congelados la mayor parte del año.
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