Polémica en Francia por el nombramiento de un cura condenado por violación
La Conferencia Episcopal gala critica la designación como canciller en Toulouse de Dominique Spina, sentenciado en 2006 por haber agredido a un adolescente de 16 años
Enric Bonet
París
Martes, 12 de agosto 2025, 15:45
La Iglesia francesa se ha visto de nuevo salpicada por un caso de violencia sexual. La Conferencia Episcopal del país vecino ha criticado el nombramiento ... del cura Dominique Spina como canciller en Toulouse pese a haber sido condenado en 2006 a una pena de cinco años de prisión por haber violado a un adolescente de 16 años. Tras más de un mes de polémica, la principal autoridad de los católicos ha roto su silencio y ha pedido al arzobispo de esta ciudad gala, quien había promovido el ascenso del clérigo con antecedentes penales, que «reconsidere su decisión».
«Un nombramiento para un cargo tan importante solo puede hacer resurgir las heridas, aumentar la sospecha y desconcertar al pueblo de Dios», afirmó la Conferencia Episcopal en un comunicado. «Desde hace años, nuestra Iglesia ha tomado el camino de la verdad en una cuestión tan dolorosa como la de los abusos cometidos en su seno. Es muy importante que continuemos con ese trabajo en todos los sectores de la vida eclesiástica», añadió en ese documento, difundido el domingo.
🔴 @Toulouse : "La promotion de l'abbé Spina est un bras d'honneur à toutes les victimes de l'Église", dénonce @arnaud_gal @Eglisecatho
— Mouv’Enfants (@MouvEnfants) August 4, 2025
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El arzobispo de Toulouse, Guy de Kerimel, había nombrado en junio a Spina como canciller en la diócesis de la localidad. Su designación no trascendió hasta julio, cuando la prensa local informó sobre ello. Desde entonces hay un malestar creciente, tanto entre los fieles como en la opinión pública. Arnaud Gallais, cofundador de Mouv'Enfant, una asociación especializada en la denuncia de la violencia infantil, aseguró que la elección de este cura suponía «una peineta para todas las víctimas de la Iglesia».
Borrado de documentos
El arzobispo de Toulouse se defendió ante las críticas: «¿No podemos ser misericordiosos con un cura que cometió un pecado grave hace treinta años y desde entonces ha demostrado su abnegación e integridad?». El religioso condenado, dijo De Kerimel, «seguirá trabajando en su despacho en el arzobispado y no estará en contacto con jóvenes». Unos argumentos que no convencieron a quienes se oponen a su decisión. El canciller es la figura encargada de los archivos de una diócesis y, en el caso de Spina, tendría la capacidad de eliminar documentos relacionados con casos de pedofilia, algo que ya ha sucedido en un pasado reciente en Francia.
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Spina fue condenado hace dos décadas por una violación cometida en 1993 a un estudiante del internado católico de Notre-Dame de Bétharram. Situado cerca del País Vasco francés, el colegio está en el epicentro de una gran polémica desde principios de año después de que más de 200 exalumnos -entre ellos la hija del primer ministro, François Bayrou- hayan presentado denuncias por agresiones físicas o sexuales por parte de religiosos u otros trabajadores del centro. La joven víctima de Spina también sufrió violaciones por parte del entonces director, el cura Carricart, imputado en 1998 y que se suicidó pocos años después.
Tras su paso por prisión, Spina logró un rápido ascenso en el organigrama eclesiástico y lo designaron en 2009 como responsable de las iglesias en siete municipios al norte de Toulouse. De Kerimel es conocido por su escaso interés en combatir los abusos sexuales en el seno de la Iglesia. Al ser preguntado por ese problema en 2022 por una cadena local, el arzobispo evidenció sus reticencias: «No tenéis nada más que hacer que dedicaros a molestar con estas cosas».
«Un nombramiento para un cargo tan importante solo puede hacer resurgir las heridas, aumentar la sospecha y desconcertar al pueblo de Dios»
Conferencia Episcopal de Francia
Esta actitud indulgente, sin embargo, amenaza ahora con lastrar los esfuerzos hechos en los últimos años por la Conferencia Episcopal gala. De hecho, este organismo impulsó en 2021 el informe Sauvé, que estimó en 330.000 el número de menores que sufrieron agresiones sexuales en el marco de actividades católicas en Francia desde 1950. También intentó actuar de manera transparente ante la revelación del escándalo del abate Pierre, fundador de los traperos de Emaús. Hasta 45 mujeres han acusado al conocido religioso de haberlas agredido con total impunidad.
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