Los Juicios de Núremberg cumplen 80 años con el Derecho Internacional debilitado
El proceso juzgó a los máximos responsables nazis y sentó las bases de la Carta de Derechos Humanos Internacionales
Alin Blanco
Jueves, 20 de noviembre 2025, 15:19
Este jueves se cumplen 80 años de los Juicios de Núremberg, los procesos que sentaron en el banquillo a los jerarcas nazis responsables de las ... atrocidades cometidas hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial. Aquellas sentencias, que sentaron las bases del Derecho Penal Internacional y modelaron la Declaración Universal de Derechos Humanos, parecen haber perdido fuerza en el contexto de impunidad actual. Las órdenes de arresto emitidas contra el presidente ruso, Vladímir Putin, y contra el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, no se han ejecutado en ninguno de sus viajes a los países aliados, y la autoridad de los organismos de Justicia internacionales ha quedado aparentemente debilitada.
Los procedimientos de Núremberg se iniciaron el 20 de noviembre de 1945 y fueron llevados a cabo por el Tribunal Militar Internacional (TMI) –integrado por Estados Unidos, la Unión Soviética, Francia y el Reino Unido–, expresamente creado para condenar a los máximos responsables nazis. Cada una de las cuatro potencias proporcionó un juez, otro suplente y un fiscal para el discernimiento que duró casi un año.
Veinticuatro jerarcas nazis fueron acusados de conspiración y de crímenes contra la paz, de guerra y contra la humanidad. Fue la primera vez que se llevaba a juicio a responsables de este último delito, lo que marcó un punto de inflexión en el Derecho Internacional. También se procesó a siete organizaciones, entre ellas el Partido Nacionalsocialista, el gabinete de Hitler y la Gestapo, consideradas articulaciones clave de la barbarie.
Ejecuciones y experimentos humanos
Los juicios concluyeron con doce sentencias a muerte que resultaron en diez ahorcamientos, una condena en rebeldía por fallecimiento durante el proceso y un suicidio la noche antes de la ejecución. Los otros acusados cargaron con siete penas de prisión que oscilaron entre los diez años y la cadena perpetua, tres absoluciones y dos no llegaron a ser imputados.
Entre los condenados a muerte se encontraba el que fue gobernador de Polonia, Hans Frank; el ministro de Interior de Hitler, Wilhelm Frick; el viceministro de Exteriores, Joachim von Ribbentrop; uno de los responsables del reclutamiento de mano de obra esclava, Fritz Sauckel; el jefe de operaciones de las fuerzas armadas alemanas y cabecilla de la mayoría de sus campañas militares, Alfred Jodl; y el canciller de Austria durante la anexión nazi en 1938, Arthur Seyss-Inquart.
3.900 casos
fueron examinados. De ellos, 489 llegaron a juicios que se agruparon en doce procedimientos ordenados por áreas: política, economía, justicia y medicina.
Además, fueron ejecutados Julius Streicher, fundador de la revista antisemita 'Der Sturmer'; Alfred Rosenberg, uno de los ideólogos del nazismo; Ernst Kaltenbrunner, jefe de la Policía nazi y líder de la rama austriaca de las SS -la organización paramilitar que protegía al Partido Nazi-; y Wilhelm Keitel, jefe de las fuerzas armadas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial.
Entre 1946 y 1949 se celebraron otros procesos que abarcaron unos 3.900 casos, de los cuales solo 489 llegaron realmente a juicio en doce procedimientos agrupados por áreas -política, economía, justicia o medicina-. El más conocido fue el Juicio de los Doctores a médicos acusados de realizar experimentos humanos y programas de eutanasia.
El legado de Núremberg
El legado de los Juicios de Núremberg marcó el posterior desarrollo del Derecho Internacional. Sirvieron de modelo para tribunales como los de Ruanda y la antigua Yugoslavia, influyeron en la creación del Tribunal Penal Internacional (TPI) y en textos como la Convención del Genocidio, las Convenciones de Ginebra y la Declaración Universal de Derechos Humanos. Su herencia se consolidó en los Principios de Núremberg, aprobados por la Asamblea General de la ONU en 1948, que consagraron la responsabilidad penal individual y negaron la posibilidad de ampararse en leyes nacionales o argumentar que seguían órdenes dentro de una cadena de mando.
Sin embargo, la falta de ratificación del Estatuto de Roma por parte de potencias como Estados Unidos, Rusia e Israel ha generado vacíos legales y debilitado la capacidad del TPI, cuya actuación ha sido duramente criticada por su falta de efectividad ante crímenes recientes. Las actuales órdenes de arresto emitidas contra Putin –por la invasión de Ucrania– y Netanyahu –por la ofensiva contra la Franja de Gaza– no se han traducido en detenciones durante sus viajes a países aliados. Esto ha alimentado las acusaciones de una aplicación selectiva del Derecho Internacional.
Estas críticas se remontan a 2003, durante la invasión de Irak por parte de Estados Unidos sin autorización de la ONU. Un punto de inflexión que puso en cuestión décadas de avances desde la creación del TPI en 1998. A ello se suma el creciente recelo hacia el Consejo de Seguridad de la ONU, cuya composición heredada de la posguerra es vista por muchos como un instrumento de las grandes potencias.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión