Borrell acusa a Israel de crear Hamás y aboga por «imponer» un Estado palestino
El jefe de la diplomacia europea asegura que Tel Aviv «financió» a los islamistas y carga de manera directa contra Netanyahu
Entre las voces críticas –cada vez más– con el papel de Israel en la guerra desatada en Gaza este viernes resonó la de Josep Borrell ... por encima del resto. El Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea acusó al Gobierno hebreo, y en especial a su líder, Benjamín Netanyahu, de haber «creado» Hamás para boicotear la constitución de un Estado palestino. Durante años, aseguró, Tel Aviv proporcionó «financiación» al movimiento islamista, que el pasado 7 de octubre sembró el horror sobre territorio israelí, donde acabó con la vida de 1.200 personas y secuestró a otras 240.
No es la primera vez que Borrell aboga por la coexistencia de dos Estados, uno israelí y otro palestino, para poner fin a un conflicto histórico. Ya lo hizo en su etapa como ministro de Exteriores pero en esta ocasión, al frente de la diplomacia europea, ha ido un paso más allá al cargar de manera directa contra el Ejecutivo hebreo por dar liquidez a Hamás para «debilitar a la Autoridad Palestina». Netanyahu, muy cuestionado dentro y fuera de su propio gabinete, fue esta vez el centro de sus acusaciones. «Lleva boicoteando –la solución del doble Estado– él personalmente durante los últimos treinta años», advirtió Borrell durante un acto en España, hasta donde viajó para su investidura como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Valladolid (UVA). Y en vista de la situación, a su juicio, la salida sólo puede venir de mano de la comunidad internacional.
Borrell abogó por «imponer desde el exterior» la creación del Estado palestino con el fin de «traer la paz» a la Franja, que lamenta más de 25.000 muertes en esta guerra, y al resto de una región que soporta la imparable escalada de la tensión desde el 7 de octubre. El exministro defendió que esta solución cuenta con un respaldo mayoritario fuera de las fronteras hebreas, pero afeó que por ahora ese apoyo se haya reducido sólo a palabras: «Nunca hemos hecho gran cosa por conseguirla». «La buena noticia es que hay gente dispuesta a ello, y la mala es que en Israel en particular su Gobierno se niega rotundamente», retrató horas después de que Netanyahu insistiera en que nunca aceptará la soberanía palestina. Un aviso en toda regla a EE UU –su gran aliado y «amigo», según el primer ministro– que se ha posicionado justo en el sentido contrario para acabar con una sangría que dura más de tres meses.
Una «espiral de odio»
El Alto Representante para la Política Exterior de la UE defendió la necesidad de tomar medidas cuanto antes. «Si no intervenimos fuertemente, la espiral de odio y violencia seguirá de generación en generación, de funeral en funeral, cuando florezcan las semillas del odio que se está sembrando en Gaza hoy», apremió. Los israelíes y los palestinos «tienen los mismos derechos legítimos a vivir en la misma tierra», recalcó Borrell, quien estableció ciertos paralelismos entre este conflicto y la invasión ucraniana por parte de Rusia. La base de ambos es «la cuestión territorial», argumentó, consciente de que ninguna autoridad comunitaria se había pronunciado hasta ahora con tanta contundencia sobre esta guerra y, en especial, sobre los lazos entre Tel Aviv y Hamás.
«Los israelíes y los palestinos tienen los mismos derechos legítimos a vivir en la misma tierra»
Josep Borrell
Alto Representante para la Política Exterior de la UE
El exministro rechazó alternativas como la constitución de «una confederación palestino-israelí» para acabar con los enfrentamientos y calificó este proyecto de «totalmente ilusorio». «Si excluimos la extinción de una de las partes, la única solución es crear dos Estados», reiteró un día después de que Netanyahu afirmara que la lucha no se detendrá hasta acabar por completo con Hamás.
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