Trump tras el intento de atentado: «Dios quiere que sea presidente para salvar al país»

«Quizás es Dios quien quiere que sea presidente para salvar este país«, suspiró al reflexionar sobre el segundo atentado contra su vida en dos meses. El magante sostiene que su reelección es la única esperanza para detener el declive del país, argumentando que se enfrenta a desafíos sin precedentes por la oleada de inmigración masiva. »Amo a este país. Lo hice grande una vez y lo haré grande de nuevo«, prometió.

Durante la conversación, Trump describió detalladamente los dramáticos momentos que vivió el domingo mientras jugaba golf con un grupo de amigos. Según su relato, el «tranquilo domingo» de golf se transformó en una escena peligrosa cuando comenzaron a escucharse disparos. «Todo era hermoso. De repente escuchamos disparos en el aire, probablemente cuatro o cinco, y sonaban como balas», recordó. «Nos montaron en los carritos de golf y nos sacaron de allí sin dejarnos hablar».

Sus elogios fueron para los agentes de los Servicios Secretos que le salvaron la vida de nuevo, pero también para una ciudadana que jugó un papel clave en la captura del atacante. La mujer, quien presenció algo sospechoso cerca de la escena, tuvo los reflejos de tomar fotos de la matrícula del vehículo del agresor, lo que permitió a las autoridades rastrearlo y capturarlo en una persecución a alta velocidad. «El agente del Servicio Secreto hizo un trabajo fantástico, y la ciudadana hizo un trabajo fenomenal», comentó Trump, impresionado.

Cuando se le preguntó por qué alguien con su edad y fortuna, que ya ha sido presidente, sigue buscando un segundo mandato tras dos intentos de asesinato, Trump se erigió en salvador: «Tenemos un país en problemas», señaló. «Veintiún millones de personas están entrando desde todas partes del mundo, muchos de ellos criminales y pandilleros. Están tomando el control de nuestras ciudades», insistió, sin mencionar a Springfield, ni a sus gatos y perros.

Trump también aprovechó la oportunidad para criticar a la vicepresidenta Kamala Harris, refiriéndose a ella como «camarada» y calificando sus políticas económicas como «desastrosas». En su opinión, la administración actual ha fallado gravemente en temas como la seguridad fronteriza y la economía, lo que, según él, está llevando al país al borde de una crisis irreversible.

El exmandatario acusó a los dos sospechosos de los atentados de ser parte de «la izquierda radical», exarcebada por la retórica de que su elección supondría el fin de la democracia. En realidad, el primero intentaba matar tanto a él como a Joe Biden, y el segundo votó por él en 2016. «Salió corriendo y dejó atrás hasta el rifle», se mofó el expresidente, arrastrado del campo de golf por los servicios secretos. «¡Ya me hubiera gustado terminar ese último hoyo!», bromeó.